El presidente brasilero considera que el 2008 será mucho mejor que el 2007

Lo dijo el presidente Lula, en una entrevista exclusiva para la revista "Brasileiros". Parte de su intimidad y algunas definiciones económicas que repercutirán en nuestro país. Un estilo presidencial poco habitual.

Por Mauricio Runno, en Buenos Aires



Una reciente entrevista de la revista "Brasileiros" trae en su portada un reportaje con el presidente Luis Inácio Lula da Silva. Poco acostumbrados en nuestro país a que los últimos presidentes hablen con la prensa la nota es un verdadero hallazgo, ya que es toda una crónica sobre la realidad de uno de los presidentes más sobresalientes de la última historia de Brasil. "Ahora es sólo no errar porque las cosas van a acontecer", expresó respecto al momento económico y social de su país. Y también fue tajante a la hora de pensar su tercer mandato: "No, definitivamente no, ni si el pueblo lo pidiera".

Relajado y muy franco, Lula invitó al periodista Ricardo Kotscho a un reportaje con él, lo cual parece más insólito. La historia comenzó luego de un almuerzo compartido con el presidente de Petrobras, José Sergio Gabrielli, en la residencia presidencial en Brasilia. "Todo el mundo me pide entrevista menos vos. ¿No quiere hacer una entrevista conmigo?", le preguntó el presidente. Y el periodista aceptó. Y no fue el mejor día para hablar con el presidente ya que esa tarde, su equipo, el Corinthians, había descendido a la segunda división del Brasilerao ("el asunto fue evitado durante el vuelo con Lula y en su casa era como si alguien se hubiese muerto en la familia").

Acompañado por su perro, un fox terrier llamado Mel, Lula aseguró que "Brasil está entrando en una fase en que el país puede transformarse definitivamente en una nación justa, con crecimiento económico y distribución de la renta.". Una consulta encargada por la poderosa FIESP (la central de industriales de San Pablo, enclavada en el corazón financiero de América del Sur, la Avenida Paulista), en diciembre pasado se encargó de mostrar el actual ánimo económico del país: el 77 % de los industriales espera vender más en este año, el 66 % ganar más dinero, la mitad piensa emplear a mayor personas y el 57 % desarrollar inversiones a lo largo de 2008. Lula bien lo sabe, y reafirma la situación:

"Los empresarios brasileros hoy tienen la certeza que la estabilidad macroeconómica es válida, que el control de la inflación es válido y que está aumentando mucho el número de consumidores", dijo. Pero advirtió que los empresarios "no pueden permitir que la oferta no atienda la demanda". Exigió mayor productividad y resumió el ciclo de la economía, afirmando que cuando hay ajustes la empresa aumenta el número de horas extra. En una segunda etapa contratan más empleados. "Y el tercer momento es cuando amplían sus fábricas o construyen nuevas. Y ése es el momento que nosotros viviremos en 2008", expresó.

En otro tramo de la entrevista, que abarcó la caminata habitual con el presidente, una sesión de ejercicios físicos y el desayuno, Lula confesó que "cuando abandone el gobierno quiero vivir en una ciudad de playa y continuar en la política". También dijo que la reforma tributaria será aprobada durante su gestión y que su antecesor, Fernando Henrique Cardoso "está resentido, pero continua siendo amigo". Según el periodista Lula atiende a colegas casi todo el tiempo. Y hasta desliza una razón que podría hacer pensar en el silencio oficial tan habitual en nuestro país: "Ahora él no para de hablar con periodistas tal vez porque ahora tenga algo que decir. "Yo voy bien porque el Brasil va bien", concluyó el mandatario.

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