Entrevista con Béatrice Chenot, investigadora y docente de Bordeaux





Por Mauricio Runno
La última novela escrita por Raúl Silanes tiene 300 páginas. Fue producida, o sea, escrita, en menos de un mes. Todo comenzó con uno de sus tantos pos-operatorios. Para ser más rigurosos se debe anotar que también fue el del último invierno. “Creen que escribir es fácil. Es un infierno”, admite Marguerite Duras en un reportaje que acabo de ver por televisión, en el Canal Encuentro. Silanes también podría suscribir la frase. Y no por ser un hombre sufrido, sino justamente por sentir que su escritura es la forma de expresión de su angustia.
Y es así, entonces, que un día de hace muchísimos días, el escritor abandonó esa sensación, o la corrió, para reemplazarla por una más gozosa: la de escribir. Y son decenas de textos los que respaldan una labor literaria impar, a punto tal que ya no se sabe si escribe para vivir o si vive para escribirlo. Parecen razonamientos fuera de toda lógica para un no escritor. Y quizá por eso existan los lectores: para completar el círculo virtuoso de la creación literaria.
Y es a propósito esta introducción para presentar, no sólo a una lectora calificada de Silanes, sino a su traductora al francés: Béatrice Chenot, que es también una de las abanderadas de su obra en esa lengua, encabezando seminarios en distintas ciudades, tanto de Francia como de Canadá, acerca de sí, del escritor Raúl Silanes. Y es ella quien llegó a Mendoza para comprobar lo que parece un desatino mayúsculo, pero que, para varios viajeros, también es frecuente: es más fácil encontrar libros de Silanes en bibliotecas o librerías de Estados Unidos, España o Francia, que aquí, en la áspera Mendoza.
Y como Béatrice ya no está entre nosotros, verán que se trata de una mujer movediza, podemos agregar por lo menos otros dos penosos récords made in Mendoza: Silanes jamás ha sido invitado a la Feria del Libro de Buenos Aires por ningún gobierno provincial, y quien recorra la pobreza intelectual y espiritual de la Feria del Libro local, inminente, intrascendente, carente (todas palabras terminadas en ente, casi-casi como sus responsables), volverá a comprobar que el escritor Silanes brilla por su ausencia. En el desierto, y eso aquí lo sabemos de pequeños, en la oscuridad del desierto, lo único que brilla en la noche, son los huesos de los cadáveres.
Béatrice Chenot posee un currículo intenso. No hay dudas. Para empezar hay que describirla como profesora universitaria de Bordeaux (o Burdeos), apasionada por descubrir y estudiar autores fantasmas, como casi todos los autores interesantes (¿ustedes se imaginan a Kafka almorzando con Mirtha Legrand, como ayer Marcos Aguinis, o a Philip Roth como candidato a vicepresidente, como Jorge Assís? Poco serio, ¿no?). En 2005 participó de un coloquio internacional alrededor del peruano Manuel González Prada, al que tradujo al francés. Maynor Freyler es otro de los autores con el cual ha trabajado, presentando incluso un poemario del también peruano. En su contribución al Perú profundo ha participado del libro “Le haut et le bas: sur les rivalités entre Le Cuzco et Lima au XVIe siècle” (“La altura y la bajeza: sobre las rivalidades entre Cuzco y Lima en el siglo XVI”). Y para no agobiar al lector se dirá que el año pasado, en septiembre, realizó una ponencia, en Bordeaux, sobre “El encerramiento en Devolución de Babel”, una de las novelas emblemáticas de Silanes.
El año próximo, en cambio, Chenot, participará de dos coloquios internacionales: uno en la Universidad Montaigne, en Bordeaux, sobre “Mujeres, escrituras y encerramientos en América Latina. El restante será en la Universidad de Londres, para el “Simposio de Pragmática y Comunicación Intercultural en Español”.
- ¿Cuál es su interés en la obra de Raúl Silanes
- Desde el punto de vista académico es muy interesante y de contenidos interpretativos muy amplios. Es una obra de muchas lecturas, como buena obra de imágenes. Creo que se puede analizar desde muchos puntos de vista, incluso hasta como escritura retórica sin más, desde la cual yo tomo el encierro como particularidad inherente a mis trabajos, más allá de las potencialidades metafóricas de la obra. “Devolución de Babel” es para mí una síntesis narrativa increíble, una definición metonómica de la situación social que Silanes consigue expresar a distintos niveles, como la angustia histórica protagonizada por la sociedad, una angustia histórica encuadrada en una geografía determinada, como es el desierto en su dimensión múltiple, desde lo simbólico bíblico como castigo hasta lo simbólico del poder como vigilancia mayor.
- En el mismo razonamiento: ¿cuáles son los ejes en la obra de este autor?
- A mí entender, el eje de la obra de Silanes pasa por la proyección de la ambiguedad de la situación planteada, pero también hay otros elementos, como el aislamiento, que es, más que un eje, otra de las relaciones posibles. Ese retrato de los desvalidos pagando o penando en el desierto el precio del sacrificio por el resto de una sociedad indiferente, donde aparece como otra dimensión el tema de la guerra de Malvinas, en una nueva interpretación del crimen histórico que se cometió con aquellos chicos combatientes. Otro ejemplo es el factor onírico, o ese dar a luz niños de manera incesante, aún en las condiciones más adversas, confirmando de alguna manera la vitalidad de la juventud frente a la censura, la represión, la desaparición y la tortura. Hay tantos símbolos en Silanes que debemos abordarlos de manera más integral. Para eso esta novela hoy se encuentra en un polo de investigación en Francia, dentro del marco de estudios de literatura latinoamericana, con centro en la Universidad de Burdeos. Es el sitio más importante de este tipo de investigaciones.
- ¿Ha aprovechado su visita a Mendoza para conversar con Silanes?
- Por supuesto. Incluso me ha servido para entender aún más algunos puntos de su obra, porque es una persona bastante particular. Para Silanes lo real y la realidad son dos cosas distintas. Según él, conocemos lo real pero no la realidad, y esta es una clave interesante. Es como una señal de vida o de vitalidad, sobre algo supuestamente desaparecido, sobre un mundo de cuyos ecos aún seguimos recibiendo sonidos, mensajes, capaces de alimentar o retroalimentar nuestra memoria, o aún más, hasta cuestionarla, como si se tratara de pruebas de existencia más allá de la narrativa misma. Dicho de otra manera, el autor señala que relata algo en parte real, pero también en parte utópico, en la medida que está forjando su propio mundo, un mundo en el que cree más que en el mundo cotidiano, nuestro, supuestamente real. Silanes vive más dentro de su realidad literaria que dentro de su cotidianeidad.
- ¿Eso en general para toda su obra?
- Es un autor muy prolífico, por lo que esa aseveración sería algo temeraria, si no conocemos todo. Me refiero a que además se trata de un autor que escribe novelas, cuentos y poemas con la misma facilidad, por lo que seguramente es posible, por supuesto, que las referencias de una obra se entrelacen con las del resto, ya que se ha dedicado casi exclusivamente a la construcción de un mundo donde el desierto es, diría, el personaje protagónico ineludible. No se trata de un telón de fondo, sino de una encarnación simbólica constante. Aún así y más allá de eso, para mí el caso de “Devolución de Babel”, representa un mosaico temático muy importante, donde el talento del escritor y la realidad social de los acontecimientos, se encuadran perfectamente con el inmenso dolor de un pueblo, prisionero en una ambiguedad peculiar, en una encrucijada específica, hecha de esencias muy representativas y abarcadoras. Eso me impactó desde la primera lectura que hice de la obra y es para mí el primer gran valor de la novela, el retrato que hace de esa ambiguedad social, alejado de todo maniqueísmo. En ese contexto, encierro y desierto son más que simples conceptos, abarcan algo mucho más importante, no una simple simbología.
- Encierro y desierto, al parecer, para usted tienen una relación especial, que incluso ha extendido en sus trabajos académicos.
- El tema del desierto en Silanes es para mí una vivencia de libertad que termina transformada en un agobio por la acción de los mismos personajes. Un agobio que es producto directo del vacío social generalizado, como el efecto más exteriorizado de la represión y la censura que puede sufrir el ser humano. Esa noción de vacío reflejado perfectamente en la novela, es más obstruyente que la pared concreta de una celda o de un manicomio. Yo he armado la mayor parte de mi material de investigación sobre esa noción que tiene Silanes del desierto, un desierto que es como una inmensa celda a la que no se le ven las rejas, el peor de los encierros, el encierro social en la locura. Y a su vez la locura como resultado de querer escapar de esa torre de Babel que es el campamento de la novela, donde el autor incluye una tan simbólica como desesperada búsqueda de agua, para efectivizar la idea de una posibilidad última de supervivencia. La obra de Silanes representa esa lucha desquiciante.
- ¿Hay parentescos de esta obra con otras, más allá de las lógicas, que la pueden relacionar con el mexicano Juan Rulfo, o con el realismo mágico latinoamericano?
- Por supuesto, y esos parentescos también son datos interesantes. Silanes habla en su novela, en el fondo, también de una concepción kafkiana de la realidad argentina, como es el caso de la construcción de unas vías de ferrocarril que de día avanza y de noche retrocede. He establecido algunas relaciones entre esta obra y la cultura literaria griega, ya que existen elementos capaces de sostener una tesis importante. Esas vías de ferrocarril tendidas en medio del desierto, por las dimensiones del espacio escénico del desierto, precisamente, conforman una especie de hilo sinfín, una especie de falso hilo de Ariadna, el personaje de la mitología griega que entregó a Teseo un ovillo de hilo para salir del laberinto donde permanecía encerrado con el Minotauro. Después está ese otro hilo que teje Penélope, la esposa de Ulises, durante veinte años, mientras guarda fidelidad a su marido, alejado de ella por las guerras de entonces. Penélope promete a sus pretendientes casarse con alguno de ellos, cuando termine de tejer un velo que les muestra, pero por la noche deshace lo que teje durante el día, convirtiendo aquel tejido en una tarea interminable. Las vías ferroviarias de la obra de Silanes, son algo que están en medio del desierto, y que no tiene principio ni fin, condenando a sus personajes a seguir trabajando, deshaciendo para volver a hacer, en una clara metáfora de las idas y venidas de este país, hundido en un absurdo completo.
- En ese absurdo se refleja la actualidad argentina.
- Pienso que es así. En ese absurdo novelístico, yo me permito la libertad de interpretar la torre de Babel como la torre de Caín, porque hay un momento en la novela donde el personaje de Abel puede escapar, pero cree que con ese solo sentimiento ya está liberado, sobre todo de sus propios fantasmas. Esa es la eterna realidad argentina, si se me permite respetuosamente la comparación, la de creer que con sentir que están listos para escapar de sus males, es suficiente para evitarlos. La novela muestra de manera elocuente esa ambiguedad social generalizada.
- ¿Cuál es su opinión sobre el final de “Devolución de Babel”?
- El final de la novela muestra la negación de Silanes a quedar encerrado en la tentadora salida única, en el final único sin otra alternativa, advirtiéndonos que esto de las salidas únicas es otra de las tantas trampa del sistema de poder y por eso brinda dos finales, y en ese panorama de opciones, nos está permitiendo elegir entre alternativas, augurando una nueva posibilidad que se abre con la democracia. Siendo una novela de múltiples interpretaciones, la que a veces nos resulta más obvia es la que se relaciona con su innegable dimensión política, de la que no está exenta, pero no es la de mayor peso, dados los enormes valores literarios que contiene.
- ¿Tal vez por esa dimensión política no se la tiene tan en cuenta en Argentina?
- Puede ser, pero eso ya va más allá del análisis literario, y estoy de acuerdo con usted, ya que me llama la atención no encontrar prácticamente ningún material sobre o de Silanes en Mendoza, cuando tenemos mucho de él en Francia. Silanes es una figura innegable de la literatura argentina que ha merecido prestigiosos premios en Europa y en Estados Unidos. Sin embargo, aquí hay pocos estudios de su obra y lo que hay es esporádico, más bien tesis de grado, material disperso. Aquí no se lo ha publicado a Silanes en la medida que se merece, como si no existiera semejante escritor para Mendoza. Muy pocos escritores de esa envergadura se han mantenido ocultos de esta manera, teniendo en cuenta cómo reflejar su tiempo, de una manera profética maravillosa, mediante una percepción histórico-social cuya proyección tiene una vigencia increíble, si observamos que el desierto avanza sobre la sociedad argentina, sobre todo en los valores morales más auténticos.

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