Donaron en Mendoza planos originales realizados por Germán Burmeister
El blog de Daniel Schávelzon da cuenta de un acto que no ha tenido la importancia que reporta en los medios mendocinos. A pesar de tratarse de un más que simbólico acto que prestigia el patrimonio histórico de Mendoza. Ya se sabe: pareciera que las buenas noticias deberán esperar mejores tiempos.
Cuenta Schávelzon: “El Museo del Área Fundacional de la ciudad de Mendoza ha recibido como donación un par de planos originales atribuidos por sus familiares a German Burmeister. Hay que destacar estos dos planos por varios motivos, mucho más allá del gesto que significa su obsequio a la comunidad: la Mendoza que vió el viajero prusiano dejó de existir la trágica tarde de 1861 en que un terrible terremoto destruyó en forma total la ciudad. La nueva Mendoza fue fundada a pocas cuadras de allí, relegando al olvido lo poco -casi nada- que había quedado en pie. Actualmente, como gesto de memoria colectiva, se están excavando y rescatando los restos de esa ciudad fundacional y el Museo que lleva ese mismo nombre alberga las colecciones de materiales recobrados, además de cubrir lo que se ha logrado encontrar del antiguo Cabildo. De allí que toda nueva información que ayude a completar nuestros conocimientos es bienvenida, más aún si, como en este caso, es totalmente inédita y de manos de un científico de la talla de Burmeister”.
Posteriormente da cuenta de quién fue Burmeister, “uno de los intelectuales más significativos de la Argentina durante el siglo XIX hasta su fallecimiento en Buenos Aires el 2 de mayo de 18 de 1892”. En síntesis, “el alemán llegó al país en 1857 como un visitante ilustrado típico de la época y traía consigo dos títulos universitarios (medicina y filosofía), una clara predilección por el estudio de la naturaleza en todas sus expresiones y por sobre todo el incondicional apoyo del barón Humboldt, sin dudas el más grande naturalista y el mayor conocedor de América de su tiempo”.
“Su estadía en Mendoza fue de casi trece meses y en ella observó todo lo que era posible: hizo planos, estudió la geografía, botánica, zoología, entomología -su tema mas preciado-, geología, costumbres populares y sociales, describió las ciudades de la zona y la capital, el clima, el cielo, el agua y las acequias, es decir todo lo que su curiosidad inacabable podía abarcar. Los datos recabados le sirvieron por años para seguir escribiendo y publicando; sus grandes obras como sus trabajos de entomología, sus textos de paleontología y su descripción física de la Argentina de la cual sólo llegaron a editarse seis tomos”.
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