Caso Macchia, el marqués de la SADE y gerentruchos literarios

Este posteo es uno de los más ridículos que debo haber escrito en 2013. Y más ridículo aún por los personajes que lo protagonizan. Pero hay que taparse un poco la nariz, respirar hondo y escribirlo, para asentar posición, respecto a un tema sumamente aburrido, al menos para mí. Voy a referirme a escritores y periodistas, gente con menos onda que un desalojo. Y eso que soy escritor y periodista.

Mendoza se encuentra localizada en un pozo. Todos los sabemos y es lo que nos han enseñado de niños. La realidad puede servir como metáfora: los mendocinos vivimos en un pozo. El caso Macchia nos muestra eso: muchos mendocinos viviendo en el pozo, como a gusto, rastreros, cretinos, pequeñitos, caretas.

Fernando Toledo, un periodista que desde hace varios años azota árboles intentando algún verso memorable, sin demasiada suerte, comenzó a dar una discusión ridícula, según él, amparado en una nota que escribí sobre Armando Macchia. Y que ha tergiversado y manipulado a su antojito. Ha dicho que defiendo el plagio, por ejemplo.

Toledo parece que también ha dejado de ser periodista: la primera noticia sobre Macchia, en un medio del monopolio de Manzano y Vila (la corpo, bah), bajo su responsabilidad, fue un suelto de apenas 2 centímetros, donde, encima, Macchia aparece con otro apellido. Allí tampoco se decía que era un escritor de Mendoza ni ningún otro dato. Macchia era un fantasma en el anuncio. Un argentino que había ganado 20 mil dólares por un premio en España.

Luego, cuando el caso progresó en interés público, quizá por las notas que escribí en este mismo blog y una que firmé en diario Los Andes, Toledo se sintió con la necesidad republicana de decir algo. Y para ello opinó, tal como lo hacen los panelistas de "Intrusos", haciéndose el canchero, e intentando cierta gracia, que ya sabemos que le sale como sus poemas.

No hay que ser muy inteligente para pensar que es mejor chorearse el trabajo de otro y hacerse luego el académico, el fiscal o el polizonte, pues esta práctica está bastante extendida en el periodismo. Extraña categoría, entonces, la del opinador. Ignoro si el propio Macchia dio una nota para Toledo o la negó y no me importa saberlo. Allá ellos.

Escribió Toledo, en este grupo de presión, donde él va al choque, porque, claro, si hay algo que ni a Manzano ni a Vila le importa, es la noticia literaria, lo siguiente: 

"En una entrevista en un diario provincial –en la que el autor de la nota defiende el hecho de que si hubo plagio eso “no es la cuestión” (¿?)– Macchia dice haber soñado el cuento, pero no menciona frontalmente el hecho posible: que uno también sueña cosas preexistentes, cosas que otros ya soñaron antes. Lo esencial es no plagiarlo a los ojos de todos".

Yo no leo a Toledo ni a Diario UNO. Tampoco leo MDZ. Ni El Sol, Jornada o Sitio Andino. Muy a veces Los Andes. No leo diarios de Mendoza porque me gusta aburrirme solo. No estoy al tanto de casi nada de los temas que aparecen en los medios de Mendoza y a veces leo los titulares colgados en los puestos o en los cafés. Pero parece que me informo bien, cuando me informo. Y también cuando escribo para algún medio de Mendoza.

Por eso investigué la vida de Macchia apenas supe del resultado del concurso que ganó. Y por eso fui a conocerlo. Lo que le agradecí. Supongo que esto es lo que hace un periodista cuando va a escribir sobre alguien. A lo mejor todo ha cambiado. Y en ese caso ya podría poner en mi curriculum ex periodista, lo que no dejaría de ser una suerte de alivio.

Escribí un perfil sobre el ganador que se publicó en la sección Cultura de diario Los Andes. Parece que lo leyó mucha gente. Me hablaron y escribieron desde Mendoza, Buenos Aires y hasta motivó que en España una web importante de literatura, La viga en el ojo, se ocupara del tema. Su editor, Javier de Ríos, antes me dijo: "Es que con un texto tan pequeño, joder, no sé, supongo que existe la posibilidad de que brote la idea varias veces. Hablamos de una idea, no de una trama compleja. Podría ser incluso que la idea venga del chiste pero el escritor no sea consciente de ello".

Eso resume mi opinión sobre este "caso". Y es lo que pienso y ya escribí. El que quiera entenderlo, sin mala leche ni prejuicios, bien. Los que no, que vayan al psicólogo.

Toledo, que viene de participar de un negocio con el Ministerio de Cultura de Mendoza, a propósito de la Feria del Libro, el mismo que trabaja hace muchos años para la corpo de Manzano y Vila, viene diciendo que yo defiendo el plagio y que "inventé" una acusación de la SADE Mendoza. La nota que Toledo alude no fue escrita por mí, en principio, por lo cual mal puedo hacerme cargo. Puede dirigirse a San Martín 1049 y preguntar quién fue el redactor. Si necesita el teléfono es 4491200. Allí funciona diario Los Andes.

Cuando en el perfil que escribí de Macchia me referí a la SADE lo hice por la información que me brindó el propio Macchia. Entre sus comentarios me dijo que había renunciado, via telefónica, a la SADE y que se lo había comunicado al presidente o responsable de la organización. El motivo es que Macchia no quería exponerse a la consideración de un grupo de escritores. Si alguien miente, efectivamente ése no sería mi caso. Y tampoco me hago cargo que alguien diga una cosa y haga otra. Al fin y al cabo, cada uno hace lo que quiere y puede con su vida. Soy un liberal nato: alberdiano, si se quiere.

Hoy leí un timorato, escueto y burócrata texto, emitido por SADE Mendoza. Yo nunca he esperado nada muy brillante por parte de la SADE local. Es más: no tengo idea acerca de sus estatutos, sus miembros, sus reuniones, sus acciones. Nada de nada. Me tiene sin cuidado lo que hacen. Y, de paso, digo: me tiene sin cuidado el dudoso prestigio que supuestamente posee este colectivo. Y es en este minué, donde todos se pelean por lo bajo pero nunca en público, que poner blanco sobre negro significa que todos esos mismos salgan a decir en público otras pavadas, luego que alguien pone al descubierto lo que hacen y piensan.

Parte del grisáceo comunicado de la SADE: "En primer lugar, afirma el autor de la nota que SADE Mendoza, acusa de plagio al señor Macchia. Eso no es cierto, dicha entidad lo único que ha hecho ha sido abrir una instancia de evaluación a través de sus organismos pertinentes para analizar la situación. Todo ello debido a la circunstancia de que el señor Macchia es socio del organismo, y lo era al momento de ser designado ganador del concurso en cuestión. Ello consta en Acta de la correspondiente reunión de la Comisión Directiva, y en nota enviada por su Presidente en la cual se aclara expresamente que se deja a salvo el buen nombre y honor del escritor premiado, pues todavía la entidad no se ha expedido al respecto".

Esquizofrénica la SADE local: 

1) Si ellos no lo acusan de plagio, ¿para qué abrir una instancia de evaluación sobre el relato de uno de sus miembros? 

2) ¿Qué significa dejar a salvo el buen nombre y honor del escritor premiado? ¿Hacer público un proceso que debería haber sido privado? ¿Vigilantear un texto como si los jueces a dictaminar fueran John Cheever, Antonio Di Benedetto, Ricardo Piglia o Fitzgerald?

Otro tramo del comunicado de la SADE: “Por otra parte, el autor de la nota, incurre en otra inexactitud muy puntual: afirma livianamente que el señor Macchia ha renunciado como socio de SADE, lo cual no es cierto, pues en dicha entidad no se ha recibido hasta la fecha 12 de octubre, en que aparece la nota del señor Runno, ninguna nota firmada por Macchia en la cual manifieste expresamente su renuncia. Tampoco se ha acercado a la entidad a renunciar ni siquiera en forma verbal".

El señor Armando Macchia me expresó por teléfono que había renunciado a la SADE y que se lo había expresado minutos antes al presidente de la SADE. Es todo lo que tengo por decir. Si alguno miente o alguno no hizo el formulario o alguno se arrepintió o vaya a saber qué, no es mi problema ni mi responsabilidad.

El resto de lo que dice la SADE son valoraciones sobre lo que escribí y pienso. Si les parezco peyorativo me importa un rábano. Quizá pueda jactarme de ser un escritor que no tiene idea qué, como y quiénes hacen la SADE. Igual, en asuntos tan interesantes no deben estar, para invertir tiempo en la emisión de tales comunicados. Y de inmediato vuelve a mí aquella verdad escolar: Mendoza se ubica dentro de un gran pozo.

Otro dato de la realidad: por la nota que escribí sobre Armando Macchia, por ese trabajo por el cual me llamaron de radios de Buenos Aires, etc etc, etc, cobro la suma de $250. Creo que agregar algo más es hasta pornográfico.

Finalmente, dos palabras sobre Macchia: no lo conocía de antes, no lo considero un cretino, y espero que siga escribiendo, pese a todo lo que ha sucedido. O quizá a causa de ello.

Nunca como en este posteo he adjetivado tanto. Por varias razones esta nota merecería el premio al Posteo Más Ridículo del 2013 dentro del blog. Lo voy a nominar. Prometo.


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