Cómo eran los vinos San Pedro de Yacochuya hace un siglo

Hay una forma inequívoca de saber cuando se está frente a un bruto, en el mundo del vino: el interlocutor cree, está convencido, que el vino pasa por él, que a partir de él comenzó todo este asunto, y que nadie sabe más que él sobre vino. Esta fauna, a la que muchos llaman periodistas especializados, no distinguen entre tamaños, religiones, sexos, edades o condición social. En este aspecto, la burrez es muy democrática.
Fuera de la boutade, con boutade se quiere decir fuera de joda, existe una crónica breve pero muy interesante sobre una de las bodegas que en la actualidad produce uno de los mejores vinos de Argentina. Se trata de una nota sobre el establecimiento vitivinícola San Pedro de Yacochuya, de la señora M.C. de Reales, ubicado en Cafayate (Yacochuya), provincia de Salta.
Se transcribe aquí la impresión de un escriba publicada en 1910, lo que le otorga mayor valor documental, en tanto es escasa la bibliografía de época sobre la industria del vino en Argentina. Ahí va:



Distante tres leguas del pueblo de Cafayate, en el distrito de Yacochuya, pertenece a una de las vecinas más antiguas de la localidad.
La vista domina desde el establecimiento un precioso panorama; al fondo se levantan las sierras de Yacochuya, cuyas faldas accidentadas totalmente se destacan con toda nitidez.
El camino desde Cafayate es ascendente, con numerosas piedras y peñascos.
La casa y la bodega están construidas con buenos materiales.
Los elementos para la elaboración son suficientes para fabricar dos mil hectolitros de vino.
Las moledoras, bombas de trasiego y demás operaciones, se efectúan a mano.
El enotécnico es el yerno de la señora de Reales, con práctica de muchos años.
Los tipos de venta son los blancos y tintos de mesa, propios para ser embotellados.
Poseen también algunos vinos añejos, de mucha aceptación y que encontrarían fácil mercado en las grandes plazas del país.
La calidad de la uva es tan especial, que sólo así y sin mayores tecnicismos, empleando sencillas prácticas, es posible obtener los vinos que hemos probado, de superior calidad.
Los viñedos del establecimiento comprenden siete hectáreas con las variedades Criolla y algo de francesa.
El rinde es asombroso, llegando a 400 y 450 quintales por hectárea.
Además existen sesenta hectáreas, dedicadas a frutales de distinta clase, constituyendo una explotación remunerativa por la calidad de las frutas, que progresan admirablemente.
El conjunto de las explotaciones de la señora de Reales es valioso, sin dudas.
El cuidado más constante en los cultivos, la vigilancia minuciosa en todas las prácticas agrícolas, campean allí, en forma que los resultados pecuniarios son pingües.
El mercado del vino, aparte de las localidades inmediatas, es Salta, Jujuy, enviándose también a Córdoba y Tucumán.
La señora doña Mercedes C. de Reales, a pesar de su edad avanzada, se conserva fuerte y vigorosa.
En toda la región, el clima suave, los aires puros, permiten la prolongación de la vida.
Son conocidos muchos casos de longevidad.



Los vinos
Merecen señalarse como de calidad inmejorable los vinos que produce el establecimiento.
Si bien se emplean los antiguos procedimientos de elaboración, los vinos que se expenden ofrecen por su aspecto, color y sabor, todas las condiciones indispensables para ser bien recibidos en los mercados más exigentes.
Nos tocó probar en la bodega un tipo blanco, añejo, dotado de un sabor exquisito.
De ser vendidos en gran escala estos productos, adquirirían precios subidos, máxime comparados con los vinos de marca extranjera, embotellados y cortados en Buenos Aires y que se pagan a precios exorbitantes.
El terreno en Yacochuya tiene virtudes recomendables para el éxito de las cepas.
Si bien el rinde no es sobresaliente, en cambio la calidad, la riqueza de extractos, permiten efectuar vinos dotados de las mejores condiciones alimenticias.
Tales son las impresiones que han causado en nuestro ánimo estos productos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
En la foto de la Sra. Reales, su hija, ambas de luto, su marido risueño y su hermana, Hay una historia trágica y violenta, que es muy interesante y digna de las historias mas trágicas que rondan las viejas vitiviniculturas.

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