"Vidas perfectas", de Carla Castelo
"Vidas perfectas", de Carla Castelo, reciente libro de la periodista, reivindica el oficio de investigar. Casi 200 páginas sobre ese mundo paralelo tan en boga.
Por Mauricio Runno
Carla Castelo ha logrado plantear muchas de las sensaciones más comunes apenas se divisan los barrios cerrados en muchas de las geografías del país. Y también ha conseguido el registro de lo que sucede allí, en esas suertes de mundos paralelos, supuestamente privados, apenas se traspasa las garitas de seguridad. El resultado, sin pretensiones académicas, es revelador. Y en buena parte la confirma como una periodista de investigación, género que en la Argentina parece ya reservado y circunscrito al mundo de los libros.
“Vidas perfectas” es un intento de vouyerismo, una aproximación, y allí atesora gran parte de su valor: es la mirada al mundo de aquellos que han elegido otra “forma de vida”. Uno de los testimonios recogidos, sin embargo, devuelve la mirada: “Los countries son como un Gran Hermano. Una gran vidriera donde todos saben lo que haces”. Otro testimonio, todos ellos tomados de propios moradores, advierte: “Nordelta es el paradigma menemista, es carísimo, está lleno de futbolistas, mucho actor, mucho político”.
En ese country, que está pensando como una pequeña ciudad y que tiene McDonalds y dos cines, hoy viven 9 mil personas, aunque su capacidad permitiría la radicación de otras 5 mil más. Hay también un centro de salud. Y lo más gracioso es lo que aporta uno de los consultados: “¿Sabes la cantidad de consultas que recibe el cirujano de Nordelta? Miles”.
Los antecedentes de la autora del libro, a su modo, respaldan esta investigación, que, por otra parte, es el primero de su exclusiva autoría. Podría decirse que sus anteriores colaboraciones le dieron entrenamiento y aprendizaje. Citar algunos de ellos es hacer justica: realizó una investigación sobre mujeres de la mafia siciliana, participó de “La voluntad” (los tomos de Caparrós y Anguita) y colaboró en “Don Alfredo”, el libro sobre Yabrán del ahora dirigente político Miguel Bonasso.
No hay estudios oficiales en la materia, como en casi todo. Aún así las estimaciones del 2007 aseguran que existen 60 mil casas en countries, categoría que incluye barrios privados y otros etcéteras. Por lo tanto hay 300 mil habitantes que son parte de este “argentine dream”. “Desde 1998 están proliferando los barrios cerrados. Hoy hay cerca de 600 emprendimientos, pero entre el 80 y 90 % sigue estando en la provincia de Buenos Aires”, dice la Federación Argentina de Clubes de Campo. El country más antiguo de Argentina es el “Tortugas”, fundado en 1930, y al cual imaginamos bastante más diferente que a los actuales. Castelo opina: “ Barrocas, racionalistas, mexicanas. Pudorosas o pornográficas, las casas de los countries son la verdadera medida del status”.
Entre los aspectos de los cuales se encarga el libro no faltan las internas en los consejos de administración o ruidosos casos policiales, como el de Nora Dalmasso. En este punto, la autora recurre a una cierta categorización de las mujeres de los countries, que no es generalizada para evitar preconceptos: “Está la mujer barbie, aquella que sólo se ocupa de su cuerpo durante todo el día; la country clásica; la católica que hace beneficencia; la tapada, la católica que hace beneficencia pero tiene un amante y dicen que es super hot; la divorciada, que tiene derecho a réplica y en general se enfrenta con los hombres”. Y otro testimonio parece responder a estos tips: “Y te dicen… ésta ya tuvo dos o tres maridos. ¿Y qué diferencia hay con mi ex pareja que ya llevó seis novias? Una sola: sos mujer. Pero afuera cambió. En Buenos cambió. Y por otro lado te enterás de lo de Norita y decís pero somos boludos en Buenos Aires, ahora con lo de Norita me siento una infeliz… Porque tantos años en un country y nunca jugué ni a una ollita ni a una cucharita…”.
Otros temas que se analizan son aquellos relacionados con la seguridad, el crecimiento de los niños, la adolescencia y la convivencia. Pero si una virtud tiene este trabajo es uno tan simple y quizá desusado en estos días: está escrito por alguien que sabe oír y mirar. Y escribir, claro.
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Comentarios
ya lo meti en los favoritos
abrazoo
kali