"Pusimos en marcha la vitivinicultura en Buenos Aires"

Daniel Di Nucci, bodeguero, dueño de bodegas y viñedos Al Este



La idea es inquietante, ya que en un momento de este reportaje, el empresario Daniel Di Nucci asegura que entre los objetivos últimos que se propone es colocar a Buenos Aires dentro del mapa vinícola argentino. Apenas se conoció la noticia en Mendoza varios después salieron a buscar mayor información.
Hace casi dos años, el ingeniero agrónomo, que además conoce el lugar desde lo que Saer define patria, “la infancia”, decía lo siguiente: “La inspiración la tuve a raíz de un viaje que realicé por la campiña francesa, donde pude observar que se producían muy buenos vinos en una zona con características similares a las de Médanos. Ahí caí en la cuenta que no sólo se pueden cultivar buenas vides en la montaña y lejos del mar, como piensan tantos argentinos. Entonces, se me prendió la lamparita”.
La literatura sentencia a un genio apareciendo desde la lámpara milagrosa: en resumen, el genio es el vino, que crece en los viñedos de Médanos, en provincia de Buenos Aires, esto es, 45 kilómetros hacia el oeste de Bahía Blanca. Muchas de las experiencias anteriores, detectadas, por ejemplo, en Balcarce, han fracasado. He ahí el desafío que, al parecer, asume Di Nucci.
Entre los antecedentes históricos del cultivo es posible consignar que se intentó desarrollar una industria allí en por lo menos tres momentos de la historia: finales del siglo XIX, principios del XX, y entre las décadas del 20 al 50. No muchos saben que en la actualidad Michel Rolland asesora en la región, en Sierra de la Ventana, al bodeguero chileno Fernando Muñoz del Toro en Pampa Wines: franceses, chilenos y argentinos, el triángulo del momento, si existiera la moda, en el rubro, claro.
El nuevo capítulo de la vid en cercanías del Atlántico, en verdad, comenzó el 1 de diciembre de 2000. En ese momento se sembraron 3500 plantines en los campos de Médanos, que no son tan campos como cualquiera podría imaginar. La primera vendimia de la bodega pionera, Al Este, de la cual Di Nucci es uno de los dueños, produjo 1600 kilos de uva. Distintas pruebas después, y aún reconociendo errores cometidos en una zona fuera del esquema clásico de la industria, los resultados son las que aquí describe el empresario, que, además, tiene negocio en las comunicaciones, con Velconet, una proveedora de banda ancha satelital con cobertura nacional. También un Daniel Di Nucci fue Superintendente de Seguros en la década pasada y, al igual que con la vitinicultura, ahora un actual gestor de la olivicultura, siempre al sur de Buenos Aires.


- ¿En qué año comenzaron a plantar las vides y cuantos plantines se destinaron para el desarrollo de la vitivinicultura?


- La etapa experimental se realizó a finales del 2000; fueron aproximadamente 3500 plantines.


- ¿Recuerda las condiciones iniciales de la experiencia?


- Iniciamos el emprendimiento junto con Pablo Rasore, quien fue también socio fundador. Y contamos con el asesoramiento de una consultora mendocina, quienes desarrollaron el proyecto y la dirección de esta etapa. Sobre una propiedad de mi familia, pusimos en marcha el primer emprendimiento vitivinícola de la provincia de Buenos Aires. El trabajo de enmaderado y construcción de los espalderos lo realizó una cuadrilla de “enmaderadores” mendocinos. También llegaron desde Mendoza los técnicos de riego para instalar el riego por goteo.


- ¿Y cuáles fueron los comentarios?


- Como todo emprendimiento atípico para la zona, generó comentarios variados, pero fundamentalmente rescato los que interpretaron y destacaron el objetivo con que fue desarrollado: intentar lograr una alternativa productiva diferente, para una zona marginal para la agricultura tradicional, y de baja rentabilidad para la ganadería.


- ¿Cuál es la composición de la empresa?


- Actualmente la sociedad tiene 5 socios, que fueron incorporándose en distintos momentos. No fue necesario realizar un gran esfuerzo para convencerlos. Ellos han creído en el proyecto y se han sumado convencidos en que esto es un desafío que vale la pena, ya que la meta no sólo es producir buen vino, sino que la gran apuesta es colocar una nueva zona en el mapa vitivinícola mundial.


- ¿De cuántas hectáreas se componen sus viñedos?


- Actualmente nuestra plantación consta de veinticinco hectáreas. Algunas fueron plantadas o replantadas el año pasado, siguiendo las pautas y bajo la dirección del enólogo italiano Alberto Antonini.


- ¿Cómo fue la selección del enólogo de la bodega, el propio Antonini?


- Hace tres años, antes de iniciar nuestra etapa comercial, tomamos la decisión de contratarlo. Nuestro propósito era hacer vinos de excelencia, por lo que convenimos en que era necesario contar con un consultor que pudiera satisfacer nuestras expectativas.


- ¿Cuál es la relación suya con la industria?


- Mi relación con la vitivinicultura se inicia con esta inquietud. En 1999 comencé a madurar la idea y estos años que han pasado son años de intenso entrenamiento en viticultura y enología. También he descubierto que nunca se termina de aprender, sobre todo cuando se está rodeado de técnicos y asesores de trascendencia mundial.


- Los primeros plantines correspondieron a variedades de uvas tintas, como Cabernet, Merlot, Syrah, Tempranillo, Malbec, Tannat y Petit Verdot. La única blanca fue Chardonnay.


- En la etapa inicial, llevamos a cabo un ensayo experimental en la que se plantaron 9 variedades. Esto nos permitió comprobar el comportamiento agronómico de la vid durante 3 años en Médanos, antes de enviar al laboratorio del INTA de Luján de Cuyo, 100 kilos de cada variedad, donde llevaron adelante un trabajo de micro-vinificación en laboratorio, para poder determinar qué variedades respondían mejor a la zona y expresaban más acabadamente las características varietales. La conclusión fue muy alentadora, por lo que para la siguiente etapa, la de escala comercial, seleccionamos Cabernet, Malbec, Merlot y Tannat como tintas y Chardonnay y Sauvignon Blanc como uvas blancas.


- ¿Cuál fue el comportamiento de estos varietales y cuál su adaptación?


- Quien nos proveyó de plantas en las primeras compras fue el vivero Mercier, desde su casa de Mendoza. En las primeras experiencias utilizamos plantas con porta-injertos de pie americano, para prevenir posibles problemas sanitarios. Algunos de ellos (tannat y chardonnay), llegaron a raíz desnuda en el embalaje original de Francia.

- ¿Cuál fue la experiencia de sus viajes por varias zonas productoras?


- De mi experiencia personal en viñedos en el exterior, rescato que me sirvió para desterrar un mito que muchos argentinos tenemos o tuvimos: que el buen vino solo puede hacerse en altura y lejos del mar. En rigor, lo que sucede en Argentina es una excepción a la regla, ya que casi todos los países que se destacan por producir buenos vinos tienen influencia oceánica (Italia, Francia, España, Chile, California). Respecto a la altura de los viñedos esta es una característica que básicamente produce una buena amplitud térmica entre el día y la noche; necesaria para que la planta de vid consuma menos energías que las producidas en horas de sol, pues es durante la noche que se completa mediante la fotosíntesis. En Médanos la amplitud térmica se produce por otras razones: al tener un suelo con alto contenido de arena, y por lo tanto retener poca agua, es susceptible de absorber y desprender el calor del sol con rapidez, por la ausencia del efecto atenuador del agua en el suelo.


- Tal como sucede en Mendoza, se ha dicho que uno de los problemas que presenta la zona es la disponibilidad de agua para riego.


- Ciertamente el agua para riego es un bien escaso. La extraemos de diez perforaciones a través de la napa freática, cuyo rendimiento promedio es de ocho mil litros por hora. El agua se encuentra entre ocho y diez metros de profundidad. Debemos ser muy cuidadosos con su uso, por lo cual optamos por utilizar riego por goteo para una óptima aplicación.


- ¿Cuál ha sido la escala de producción desde las primeras cosechas hasta hoy?


- La primera cosecha comercial fue la de 2006. En aquella cosecha produjimos 33.000 botellas; en 2007 la producción prácticamente se duplicó: 60.000. Y para 2008 esperamos fraccionar aproximadamente 70.000 botellas.


- ¿Adónde se localizan exactamente los viñedos y la bodega?


- El viñedo y la bodega se encuentran en Médanos en el kilómetro 732 de la ruta nacional 22. Esto es a 40 kilómetros al sudoeste de Bahía Blanca. Y la distancia al mar de los viñedos es de aproximadamente 40 kilómetros, también.


- ¿Qué tan real es el peligro ocasionado por la filoxera? Ha sido el principal argumento que hubo en distintas experiencia de este cultivo en la provincia de Buenos Aires.


- La filoxera es una enfermedad que necesita, para prosperar, un suelo más pesado, donde la presencia de limo y arcilla es importante por su alta capacidad para retener agua. En suelos arenosos, como los nuestros, es improbable que tenga posibilidades de prosperar. No obstante, la mayor parte de lo implantado dispone de pie americano, que, entre otras cualidades, es resistente a la filoxera.


- Hace algunos años, declaro: “Nosotros hemos comprado un campo con la idea de ampliarnos y desarrollarnos más adelante. Para 2010 y 2011, esperamos producir unas 280.000 botellas”. ¿Es ésta la proyección del negocio?

- Nuestras expectativas siguen siendo alcanzar para 2011 una producción de 280 mil botellas. El proyecto contempla una ampliación de la superficie plantada para poder alcanzar, entre 2014 y 2017, una producción final de medio millón de botellas.


- Participa de la empresa Velconet. ¿Cuál es la actividad?


- Ofrece servicio de conectividad de banda ancha satelital en cualquier lugar del país.


- Los cultivos de uva en esa región son históricos. Algunos aseguran que ya en 1888 se fundó un establecimiento vitivinícola. Los antecedentes, ¿refuerzan el desafio? ¿Por qué?


- A principios del siglo XX, muchos inmigrantes que llegaron a Médanos replicaron lo que sabían hacer en su tierra de origen. Y la vitivinicultura era parte de su cultura. En Médanos y la zona había aproximadamente 200 hectáreas de vides plantadas en manos de muchos pequeños productores. Por razones de escala, tecnología y vaivenes del país fueron desapareciendo. Es un antecedente que hemos registrado, aunque el gran antecedente que hemos tenido en cuenta ha sido nuestra plantación experimental del año 2000.


- ¿Podría hacer una lista de los mejores vinos mendocinos?


- El mejor vino es el que más le gusta a uno, por lo que dar una opinión siempre resultará subjetivo. También deberíamos realizar comparaciones entre vinos de similar rango de precios. Actualmente la oferta es tan amplia y variada que resulta necesario conocer nuevos vinos. Intento aprender de los distintos estilos y de esa manera me actualizo. Mi preferencia sobre vinos es consistente con la elección del enólogo que hemos hecho para nuestro viñedo: los vinos de Alberto Antonini están entre mis preferidos.


- ¿Y acerca de los lugares?

- De Mendoza me gusta recorrer los caminos del vino visitando colegas, sus bodegas, tanto las clásicas como las súper modernas. Y también disfruto almorzando en el Valle de Uco o en Agrelo. Y cenando en la ciudad.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Preguntenle al gordo delincuente ese y a su hermana de donde sacaron la guita para hacer semejante emprendimiento. En una época andaba en un R12 hecho mierda y ahora es el gran vitivinicultor bonaerense. Carlitos Saul? no se, averiguen.

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