“Mendoza vive un momento histórico en la discusión de asuntos estratégicos”

Entrevista con Guillermo Carmona,
secretario Medio Ambiente de Mendoza

Por Mauricio Runno

Es viernes al mediodía. Es un otoño que se resiste al amarillo y deberíamos preguntarnos qué es lo que hacemos cada uno de nosotros, todos los días, para que el otoño sea otoño, el verano otro tanto y que en el invierno haga frío, el que hubo durante décadas y siglos. No es únicamente cuestión de echar culpas sobre fábricas contaminantes. El cambio climático es una realidad tan o más desesperante que las desatadas por el dengue, gripes y afines. Y nadie lo arreglará, no hay un mago universal, agazapado; lo harán (o no) quienes deseen vivir un mundo mejor.
La observación otoñal es bastante apropiada en la previa a una entrevista con el secretario de Medio Ambiente de Mendoza, Guillermo Carmona. Los ascensores de la Casa de Gobierno dan más miedo que estar sin barbijo en el DF o sin repelente en Chaco. Uno de ellos lleva hasta el séptimo piso, al despacho de este justicialista que, casi-casi, fue radical, como lo cuenta aquí.
La charla es sobre política, naturalmente. Carmona enfrentó al actual gobernador para dirimir el candidato del justicialismo que finalmente le ganaría a Julio Cobos hace dos años. Actualmente parece cómodo en su función ejecutiva, mientras gestiona y construye redes y alianzas. Aunque hoy sea el día del trabajador seguramente Carmona, híper activo, no tendrá descanso. Por el tiempo que le llevan sus obligaciones, compromisos y reuniones, una tesis lo aguarda en lo profundo de su estudio jurídico.
Jaque, Cobos, el campo, la derecha, la izquierda, el Polo Social, el desarrollo sustentable y una aproximaxión a Norberto Bobbio son algunos de los temas. Vale la pena conocer el pensamiento de este kirchnerista de la primera hora.
-¿Naciste en Rodeo del Medio?
-Sí, sí. O sea, en realidad, soy de Dorrego. Pero a los siete me fui a vivir a Rodeo. Los primeros años de mi vida, que además son los años más felices, donde no hay tanto ruido en la vida, los viví en Dorrego. Hasta que mi familia se trasladó a Rodeo. Y allí pasé toda mi niñez, adolescencia y juventud: entre Rodeo del Medio y Fray Luis Beltrán.
-¿Solías venir a la ciudad o toda tu vida se desarrollaba allí?
-La primaria la hice en Fray Luis Beltrán, por lo que mayoría de mis amigos de esa época son de ahí. La secundaria la hice en el Instituto Rodeo del Medio, aunque el primer año en la Escuela Técnica de San José, pero volví a Rodeo. Allí fue una vida muy intensa. Es un colegio con una vida estudiantil muy fuerte. Históricamente ha sido así.
-¿En términos de vida política también?
-En 1983 yo tenía 15 años. Y con la vuelta de la democracia y todo aquello, una efervescencia interesante, y aún siendo un colegio privado, yo estaba metido en todas las actividades que se organizaban en la escuela. Allí hubo un primer intento de captación de algunos dirigentes estudiantiles, de distintos colegios, que me invitaron a participar en reuniones políticas (pausa). En un partido político que no terminó siendo el mío (ríe).
-¿Cuál?
-El radicalismo. La gente de la Junta Coordinadora fue la que…
-Pensé que me ibas a hablar de la UES...
-No, no. De todos modos nunca milité en el radicalismo. Resulta que había un diputado que era de Rodeo del Medio, con una trayectoria importante, Pedro Montenegro. Y él andaba reclutando estudiantes.
-En ese momento él era de la Coordinadora. Un gran luchador.
-¡Claro! Y el Pedro me invitó a mi primera reunión política.
-¿Cómo siguió tu vida al terminar la secundaria?
-Comencé a estudiar Ingeniería. Hice un año, mientras hacía el servicio militar. En esa época formamos un movimiento político no partidario, el Movimiento Pueblo Nuevo. Nuestros referentes ideológicos eran Rolando Concatti y el cura Contreras. En realidad teníamos participación muy fuerte en la Iglesia, en movimientos vinculados con la Teología de la Liberación.
-¿Y abandonaste la carrera por otra?
-Así es. Comencé Derecho, ya pensando en la política. Ahí me enganché mucho con Bordón y me sumé abiertamente al peronismo. Y me fui a terminar la carrera a Buenos Aires. Finalmente me recibí en la UBA, pero, en verdad, trabajé muchísimo en la carrera política nacional con Bordón. Lo seguí hasta que él saltó del PJ. Yo, en cambio, decidí quedarme en el partido, a pesar de nuestro anti-menemismo…
-¿Furioso?
-Furioso, sí.
-Apenas te recibiste fuiste candidato a concejal.
-Sí, en 1995. Y no entré (risas). En 1997 sí pude entrar. Y cuando asumí, un año después, ya estaba vinculado con Kirchner.
-¿Cómo fue esa relación?
-Porque había aquí un santacruceño, que estudió en Mendoza, Juan Bontempo, que fue el que nos hizo el primer contacto con Kirchner. Por lo cual empezamos muy tempranamente la relación.
-Bontempo es parte del selecto riñón del kirchnerismo.
-Sí. Juan en estos momentos trabaja en la Secretaria General de la Presidencia. Es un amigo. En el gobierno de Santa Cruz prácticamente estuvo desde el arranque con Kirchner.
-He preguntado por tu perfil en distintos sectores. Hay una coincidencia nada usual entre las opiniones: destacan tu inteligencia. Es una valoración infrecuente en la política mendocina.
-(Sonríe) Eso corre por cuenta de quienes has consultado.
-Lo cierto es que es coincidente entre oficialistas y opositores.
-(Piensa) Lo primero que yo remarco entre el grupo que conformamos es que nosotros no hacemos distinciones entre políticos y técnicos. Procuramos trabajar con un concepto de cuadros políticos-técnicos. Y en ese orden: gente con vocación política que busca formarse y tener alguna capacitación. Pero, más allá de la capacitación, el hecho de realizar un ejercicio intelectual todos los días, analizando lo que está pasando. Quizá eso marca un perfil en ese sentido. Para las cuestiones de gestión, las gubernamentales, confiamos principalmente en los políticos técnicos que tenemos. Si vos tenés cuadros que sintetizan los dos aspectos es muy conveniente. Pero también tenemos, ya desde la gestión concreta, una articulación muy fuerte con ámbitos donde hay conocimiento, quizá sin el aditamento político. Especialmente con la Universidad Nacional de Cuyo. Tenemos una integración y una interrelación muy fuerte con otros organismos científicos de la provincia, con el Conicet. Son aliados estratégicos del gobierno en la gestión en Ambiente.
-¿Es este un camino diferente para ejercer la función pública? Pensemos en cómo gestionan los radicales, por ejemplo.
-Nuestro equipo está muy influido por el pensamiento que era propiciado por Perón. Y en eso nos identificamos. Porque para desarrollar un proyecto de poder se necesita conocimiento, apoyo social y recursos, entendido éste no como recurso financiero, sino en lo humano. Si no existe esta conjunción se hace difícil. Y surge de una re-lectura de Perón, que buscó incorporar conocimiento y buscó el desarrollo científico nacional. Lo hizo con políticas concretas: desde lo más abstracto a ciencia aplicada. El proyecto Pulqui, la creación de la Universidad Tecnológica Nacional, el proyecto automotriz. En definitiva poner los recursos nacionales en función de un proyecto. En eso somos fuertemente peronistas. A pesar que muchas veces al peronismo se lo asocia con una cuestión más “fierrera”, digamos, de apoyo sindical, de aparato. Nosotros, en cambio, rescatamos esa otra faceta.
-Eso es lo infrecuente.
-Para nosotros lo novedoso de la gestión es poder concretar acciones de articulación con los sectores que consideramos aliados estratégicos. ¿Por ejemplo? Hemos firmado un convenio con el Conicet, recientemente, por el cual daremos becas a estudiantes de Meteorología en el marco de la Agencia Cambio Climático. Mendoza tiene un déficit absoluto en este tema. No hay aquí una carrera de Meteorología. Por eso el gobierno provincial va a financiar los estudios de aquellos que necesiten recursos para estudiar esta carrera. Así estamos trabajando en la generación de recursos humanos científicos para Mendoza. La política necesita articulación con el conocimiento porque si no se terminan haciendo macanas.
-Tu trayectoria está marcada por alistarte siempre en movimientos renovadores, más allá de haber pertenecido a la “renovación” peronista. Pienso también en la última batalla interna dentro del peronismo, en la que enfrentaste al actual gobernador, Celso Jaque.
-Nosotros siempre hemos planteado lo de la renovación. Pero creo que en este aspecto tiene más precisión hablar de recambio. O en todo caso una renovación muy orientada al recambio dirigencial, que es necesario en el peronismo. Y es un proceso que se va desarrollando con enorme dinámica. Porque no es sólo recambio generacional, sino también impulsar nuevos protagonismos. De hecho la gente que está en nuestro equipo aquí en Ambiente, y gente que es de nuestro sector pero que trabaja en distintos ministerios, es gente que está haciendo una experiencia de gestión, que implica un recambio. El caso de Lidia Sandes, subsecretaria de Planificación Educativa, hoy candidata a segunda senadora nacional. Es un cuadro con experiencia de gestión, pero el nivel de protagonismo destacado lo está teniendo recién ahora.
-¿Hoy el peronismo es más permeable para permitir los recambios ineludibles y hasta necesarios?
-Creo que hay un estado de movilización interno. Y el gran desafío hoy es poder vincular esa vida interna con la solución de los problemas de Mendoza. Algo de esto se expresó en la interna de hace un par de domingos. Analicemos el caso de Godoy Cruz. Es un municipio que durante décadas estuvo en manos de dirigentes peronistas que terminaron siendo aliados de los intendentes radicales. Hoy ha ganado un proyecto con identidad y autonomía, que implica este recambio de cuadros de dirigentes. Pero nuestro mayor desafío es vincular la vida interna del peronismo con la gestión. Ahí es donde detectamos problemas.
-¿En la gestión?
-Tenemos problemas en la gestión. Y hay un esfuerzo en mejorar este aspecto. Y en gran medida este proceso tiene que estar vinculado con la vida interna del peronismo. Es mi opinión personal y la de nuestro sector. Para decirlo más simple: el semillero está en el peronismo. Y el peronismo tiene que seguir abriéndose a que se incorporen nuevos cuadros, con un concepto que conjugue esto de lo político con lo técnico, con un compromiso fuerte en lo social.
-A propósito, hace días se ratificó una alianza electoral del peronismo con distintas expresiones políticas. Se integraron la Democracia Cristiana, pasando por el Polo Social y el Partido Intransigente. ¿Cuál es la incidencia real de estos sectores en las elecciones venideras?
-Con los dirigentes de todos esos partidos nosotros compartimos el proyecto político, que es nacional, popular y progresista. Desde nuestro sector en el peronismo hemos tenido con esos dirigentes una relación muy constructiva. Quizá con quienes más se ha dado es con el Polo Social. E incluso participó junto a nosotros de la interna en 2007.
-La pregunta era si este aporte tiene un correlato en el caudal de votos que pueden aportar.
-Desde luego que sí. Y con clara incidencia en varios sectores de la sociedad. Y son generadores de opinión. En las últimas elecciones algunos de estos partidos hicieron un aporte significativo a la fórmula Jaque-Racconto, ya que en el resto de los cargos iban con listas propias. Contabilizados por separados yo no recuerdo ahora exactamente el porcentaje pero sí que hicieron un aporte importante.
-Los partidos mencionados indudablemente participan del proyecto encabezado por Kirchner.
-Todos están sumados al proyecto nacional de Kirchner. Vienen coincidiendo, sí. Y que hagamos alianzas con ellos habla de continuar con este rebote. Este interés de estos partidos por concretar una alianza con el peronismo creemos que tiene que ver con una valoración positiva que hacen de la gestión y con la posibilidad que ellos hagan aportes concretos para mejorarla. Claro que con algunos de estos partidos han existido diferencias en su momento. De hecho el Polo Social retiró a sus funcionarios del gobierno. Sin embargo han recalado nuevamente a partir del proyecto compartido.
-Recordemos que justamente el Polo Social abandonó la gestión ante lo que consideraron un avance del ala más conservadora en el gobierno, a poco andar, digamos. Quizá sorprende que nuevamente estén en el oficialismo.
-A mí nunca me pareció positivo que el Polo se retirara del gobierno. Es gente muy valiosa. El caso de Diego Lavado, que es una persona desde lo político, lo profesional y lo personal, muy querida y respetada por nosotros. Nunca se rompió el diálogo con ellos y respetamos su decisión.
-¿El justicialismo puede imponerse en las próximas legislativas?
-Estoy convencido que sí. Y estoy convencido que si hacemos lo que tenemos que hacer nos va a ir mucho mejor de lo que muchos se imaginan. Hablo de Mendoza y creo que en el balance nacional va a terminar siendo positivo. Para eso hay que hacer lo que hay que hacer.
-Es inevitable preguntar por lo que tienen que hacer, entonces.
-Rectificar aquellas cosas en las que hay expectativas. Y el gran desafío es poder mostrar lo mucho que se ha hecho en materia de política y gestión, tanto en el orden nacional como el provincial. Se han olvidado grandes logros que ha tenido la Argentina y se han desconocidos grandes avances en la gestión provincial.
-¿Cuáles, a su entender?
-La renegociación de la deuda a nivel nacional, mayor calidad institucional en la Suprema Corte de Justicia y en el Poder Judicial, la exitosa nacionalización de distintos servicios públicos, como el agua y el saneamiento a nivel nacional, Aerolíneas Argentinas, Correo. Una fortísima industrialización, basada en una política de comercio exterior que ha sustituido las exportaciones para consolidar una industria nacional. También, en lo agrícola, una política que a las provincias de economías regionales nos ha favorecido, a partir de la redistribución del plus valor que han estado cobrando al sector del campo pampeano. No es poco. Y hay mucho más.
-Es una visión que observa el vaso mitad lleno. Un poco la discusión central en estos momentos.
-El camino de la Argentina no debería pasar por volver a las políticas de la década del 90. Y menos, como lo expresan algunos sectores, volver a las políticas de 1930. La política agraria, que algunas centrales empresarias están planteando, es una política pre IAPI, o sea, anterior al IAPI de Perón. Los distintos proyectos de la oposición, por oportunismo político, están orientando su política en esa dirección para sumar al campo.
-¿Qué es lo que pretende impulsar el kirchnerismo como política agrícola?
-Fortalecimiento de la capacidad industrial argentina, de la capacidad agro-industrial, que agregue valor, y un proyecto agroindustrial pensado, no solamente desde la pampa húmeda, sino desarrollando verdaderamente un sector agropecuario nacional, integral, que contemple a las realidades regionales.
-Con insistencia el oficialismo se refiere a la alianza que cruza al campo con los grandes medios de comunicación…
-(Interrumpe) En eso la reacción de la presidenta, en el conflicto con el campo, ha sido de promover iniciativas que tienden a recuperar la agenda.
-Volviendo a Mendoza, ¿cuáles son los logros de gestión a un año y medio de haber asumido?
-Aquí se ha hecho muchísimo. Por eso debemos profundizar lo que ha hecho, mejorarlo, y plantear una adecuada comunicación. Yo no tengo ninguna duda acerca de que el Plan de Infraestructura de este gobierno, y que se está ejecutando, basta recorrer las rutas de la provincia para darse cuenta, es un plan mucho más potente que el que tuvo el cobismo en su gestión. Este año comenzaron las clases prácticamente sin problemas. Tampoco hemos tenido problemas el año pasado con la provisión de gas, que fue el talón de Aquiles del cobismo. Y en el área en la que me desempeño hemos dado pasos que vienen a superar la inactividad de los gobiernos radicales y justicialistas anteriores. Desde 1992 se habla del Plan Provincial Ambiental, que muy esporádicamente se presentó en la Legislatura. Este año, por segunda vez consecutiva, vamos a enviar el informe ambiental. Hemos titularizado, en un año de gestión, mayor superficie de tierras fiscales con los puesteros mendocinos, que en los últimos 20 años. Y así existen ejemplos en diferentes sectores del gobierno provincial. Claro que también tenemos una perspectiva autocrítica: evidentemente con realizar estas tareas no alcanza.
-En cuanto al área de gestión específica hay una obsesión, que es de propiciar el desarrollo sustentable. ¿Cuál es el diagnóstico?
-Mendoza está viviendo un momento histórico e importante. En la Legislatura se está discutiendo con mucha altura el proyecto de Reordenamiento Territorial. Y esta discusión trata de asuntos estratégicos. Hay un trabajo enorme para destacar de la Universidad Nacional de Cuyo, más el aporte de los legisladores de todas las bancadas, más lo realizado por nosotros. Están dadas todas las condiciones para que pronto tengamos una ley. Al mismo tiempo hemos abierto la discusión sobre la Ley de Ambiente para Mendoza. Estamos asistiendo a talleres participativos a los cuales concurren trescientas personas. Lo estamos haciendo en un marco institucional, que da garantías de seriedad. Y aquí trabajamos con el Colegio de Abogados, la Fiscalía de Estado y el ministerio de Gobierno, y la propia secretaria, para establecer un debate integral y totalizador. Buscamos darle mayor rigor a la evaluación y al control ambiental. Este es el núcleo de nuestra concepción en búsqueda del desarrollo sustentable. Queremos compatibilizar el desarrollo de las actividades económicas con criterios ambientales que garanticen mayor calidad de vida. Y hay una tercera ley en discusión en estos momentos, que es la de Gestión en Riesgos y Catástrofes. Se trata de un proyecto de una senadora del Partido Demócrata, que nosotros hemos avalado Consideramos imprescindible su sanción. Estas tres patas, la Ley de Ambiente, la de Reordenamiento y la que acabo de citar, viene a constituir la nueva institucionalidad en material ambiental en pos del desarrollo sustentable.
-Se trata ni más ni menos de una planificación del progreso de Mendoza.
-Exactamente. No queremos que Mendoza sea un cementerio verde, un cementerio ecológico. Por el contrario, queremos que haya actividad económica, pero que permitan mejor calidad de vida, generación de puestos de trabajo, desarrollo de actividades en el sector público y privado, dentro de un contexto de preservación del medio ambiente y los recursos naturales. Y el desafío es plantear estos temas sin los recursos que los países del primer mundo destinan para estas políticas. Y para esto hay que potenciar otros recursos.
-Una noche, hace menos de dos años, comentaste: “Hemos logrado revitalizar el partido, consolidar el sector con un cambio de aire y de gente nueva”. ¿Te acordás cuándo lo dijiste?
-(Ríe) Sí, claro.
-Fue el 5 de agosto de 2007 cuando admitiste haber sido derrotado por Jaque en las elecciones internas. Es lo que podrías haber declarado hace un par de domingos, luego de la última interna justicialista.
-(Risas) Es que hemos seguido trabajando en la misma línea. Hay algo muy importante y es que se ha consolidado nuestro sector, no competitivamente, sino más bien como un espacio desde donde aportamos elementos. Y estamos orgullosos. Más si pensamos que a este sector lo armamos desde la nada.
-Hay quienes piensan que ése sector es el más ejecutivo de la gestión Jaque.
-A mí me genera orgullo que se diga eso. Pero de algún modo esto no sería posible si el gobernador no hubiera confiado en la integración nuestra a su labor y si los ministros o funcionarios no se hubieran abierto a interrelacionar y a trabajar en conjunto. Nosotros hemos establecido que no hacemos interna dentro del gobierno. Si hay que hacerlas, las hacemos en el partido. Esa situación permite trabajar en un clima de confianza.
-Quería recordar una participación tuya en unas jornadas sobre Reforma Política, en 2005…
-(interrumpe) Sí, lo recuerdo. Me invitó el Gabriel Fidel (ex ministro).
-En aquel ámbito sostuviste una posición conservadora en la cual varios adoptan posiciones progresistas. “La consigna era, cambiemos la política. Es una consigna de carácter político, que comparto. Pero creo que no es suficiente como para fundamentar una reforma política y electoral”, manifestó. Y respaldaste la opinión con permanente citas a Norberto Bobbio. ¿A quién votaría este politólogo el próximo 28 de junio?
-(Risas) Sin duda que Bobbio votaría al kirchnerismo. Pero sin duda, eh (más risas).
-¡Una revelación!
-A mí lo que más me interesa es ese perfil de jurista y politólogo que representa Bobbio. Porque yo soy abogado y he buscado completar mi formación haciendo una maestría en Ciencias Políticas. Todavía no puedo terminar la tesis, ya que mis ratos libres no existen. ¿Sabés cuál es mi tesis? Lencinismo y peronismo en Mendoza. Es decir, el punto de confluencia entre el radicalismo popular y el peronismo, proceso bastante significativo para mí.
-Se entiende entonces la apelación a Bobbio.
-Es que además de su perfil, y en un segundo aspecto que me interesa, el jurídico, él se acerca más al campo del positivismo que al del justnaturalismo. Yo me fui de la Universidad de Mendoza por hartazgo de remisión al derecho natural a Santo Tomás de Aquino y a Aristóteles. En realidad vengo de formación social-cristiana, que en lo jurídico está más vinculado con el positivismo. Aprendí más de Kelsen que de Santo Tomás de Aquino...
-Más de Rolando Concatti que…
-(Risas) De Monseñor Maresma. (Pausa) ¿Qué es lo que me parece más rescatable de Bobbio? El llamado permanente que hace en lo que escribe al consenso y a no caer en la dicotomía blanco y negro, a distinguir los grises.
-Vuelvo a preguntarlo, pensando en esta respuesta: ¿a quién votaría Bobbio el 28 de junio?
-(Sonríe) Bobbio era italiano. Y la verdad que es difícil transpolarlo a Mendoza o a Argentina. Y sin duda que votaría al kirchnerismo, al peronismo. Pero es difícil transpolarlo. Bobbio fue senador nacional en Italia por una coalición muy de centro, digamos.
-Que es el espacio que no hay en este país.
-Es verdad. Y me parece bien que no lo haya. Preferiría que hubiera una coalición de centro izquierda, como se intentó construir, a la cual dinamitó Julio Cobos. Porque también nos olvidamos que el kirchnerismo procuró barajar y dar de nuevo, para que existiese una coalición de centro izquierda y otra de centro derecha, facilitando desde el gobierno esta conformación, invitando a sectores del radicalismo. Y este proyecto fue dinamitado por el vicepresidente Julio Cobos. Quizá sea lo más grave, en esta instancia, la actuación de Cobos como vicepresidente: el no haberse animado a dar la discusión adentro del proyecto de centro izquierda, para terminar como aliado y siendo funcional al centro derecha. O directamente a la derecha, en términos económicos.
Link permanente:

Comentarios

Lo más visto en la semana

Twitter