Por qué a Marcelo Bielsa le va tan bien en Chile?


Hace menos de un año entrevisté a Rafael Bielsa, hermano del actual DT de la selección de Chile. Fue una charla muy amigable y risueña, fuera de aquellas declaraciones altisonantes de ocasión. En varios pasajes de la conversación asomó su hermano, Marcelo. Quizá sea oportuno refrescar algunos pasajes para entender razones más profundas acerca del fénómeno en Chile, juzgando los resultados deportivos del seleccionado trasandino.
- Lo corro de tema. Muchos periodistas le formulan preguntas a usted, cuando en realidad, creo, deberían hacérselas a su hermano Marcelo. ¿Suele comentarle o recomendarle acerca de esas requisitorias?
- No, no, no, no, no. Yo soy sumamente respetuoso y él es sumamente celoso. Jamás le daría ninguna sugerencia acerca de lo que tiene que decir. En lo más mínimo, jamás. Todo lo que él dice es exactamente lo que él piensa y lo que él cree que tiene que decir.
- ¿Tampoco le ha recomendado que mantenga más diálogo con la prensa?
- No, no, no, no, no. Para nada. Y es más: me parece que su modo de manejarse con la prensa ha sido ejemplar. Creo que todos los que hemos tenido exposición pública hemos sufrido tanto a la prensa que yo encuentro ejemplar cómo él se ha manejado. De una manera absolutamente democrática y eligiendo cuándo habla y cuándo no, como corresponde en democracia. Uno elige. Y también es cierto que Marcelo siempre ha hablado colectivamente; nunca en privado con los periodistas, lo que me parece aún más ejemplar.
- ¿Persiste la corriente “bielsista”, por así decirlo, en el fútbol argentino?
- Esa es una polémica donde van cambiando los nombres. Está el lirismo, que en algún momento encarnó Menotti. Y por otro lado el “laboratorio”, que en su momento encarnó Bilardo. Y a partir de ahí, como el fútbol es binario… Claro, porque se gana o se pierde. Y por otro lado es uno de los atractivos que tiene: siempre va a haber algo parecido al fútbol, aunque no se llame fútbol, ¿no? La parte más primitiva del ser humano necesita un divertimento donde haya uno con el cual identificarse, y otro al cual odiar. Entonces siempre ha habido esta dicotomía: el lírico y el laboratorista. Y me parece que a Marcelo se lo ha encasillado mucho más con el laboratorio.
- Pero los equipos de su hermano han jugado, y bien, al fútbol.
- Por eso digo que, como toda etiqueta, es limitante. Una versión limitada de la realidad. Si usted le impone a un equipo un esquema, limita un poco la espontaneidad. Eso es verdad. Ahora, si el esquema es sabio, esa limitación es la menor posible. Una cosa es que el Burrito Ortega lo corra a Roberto Carlos, para que éste no tire un centro cuando se desprende, y otra cosa es que el Burrito Ortega se dedique a marcarlo a Roberto Carlos. Son dos cosas distintas. Usted puede armar un esquema donde el Burrito Ortega tenga la responsabilidad, en el equipo, de colaborar con la marca de un contrario, que se proyecta. Y otra cosa es transformarlo en un jugador ocupando el puesto de 3 bis, cosa que Marcelo no hizo nunca.
- Es notable la gran expectativa que existe en Chile con su hermano como entrenador de la selección.
- Yo creo que es como si fuese un país como para él, ¿no? Me parece que Chile es un país muy serio. Tengo una gran admiración por Chile. Y Marcelo también es serio. Creo que es un país que trabaja a largo plazo. Marcelo también. Creo que es un país donde la palabra empeñada tiene algún valor. Y Marcelo le da valor a la palabra dada. Cuando él me cuenta algunas cosas de los dirigentes de la Asociación Chilena de Fútbol, frente a pedidos de insumos que él necesita para entrenar, y la prontitud y la diligencia con la que lo resuelven, me parece que se logra un ambiente muy grato. Yo le deseo que le vaya muy bien. Armó un equipo difícil, con jugadores muy jóvenes. No recurrió a las figuras consagradas, ya que sus equipos no los daban con la frecuencia que él necesitaba. Los vi jugar contra Argentina, Bolivia y Venezuela. Y la verdad que armó un equipo difícil. ¡Hay que ganarle a ése Chile!
- ¿Cree que puede tener mejores resultados en un país con mayor visión que en el nuestro?
- Para ser vulgar y poco imaginativo puedo decir que nadie es profeta en su tierra.
- A decir verdad, sus dichos pueden tener otra connotación, más allá de lo deportivo. Pensemos que sería más que interesante asistir a alianzas de tipo regional, tan inteligentes como necesarias.
- Cuando un proyecto, como el de Marcelo, triunfa, detrás de ese proyecto hay un paquete de valores. No todo triunfo es el mismo triunfo. Si usted gana pinchando la pelota o envenenando al marcador de punta izquierda, no es lo mismo que si usted gana con sacrificio y con una propuesta franca. ¿Por qué? Porque le enseña a la sociedad que se puede triunfar siendo franco. En cambio, si pincha la pelota, le enseña a la sociedad que para triunfar hay que sí o sí pinchar la pelota. Y es lo que me gusta de los proyectos de Marcelo: proponen valores que son, socialmente, los que necesitamos. La Argentina, por ejemplo, no necesita de piolas; necesita sacrificados. Y su propuesta está alrededor de esa clase de valores.
- Aún hoy se lamenta la experiencia de Bielsa en Japón-Corea.
- Yo lo lamenté muchísimo. Eliminaron a la Argentina, que me dolió en el alma, pero también eliminaron una propuesta que encerraba valores, que si la Argentina hubiese entendido… Es decir, aquello de que a uno le puede ir bien en la vida yendo por el camino que corresponde, y no por el atajo. Si aprendiéramos esto nos iría mejor como sociedad.

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