Investigación vitivinícola chilena logra reconocimiento mundial

Analytical Chemistry, una de las revistas más prestigiosas del mundo en el área química, publicará en su próxima edición un estudio sobre marcadores de calidad de vino, que está a la vanguardia según su reconocimiento mundial. La investigación permite una evaluación de calidad de los diversos vinos, y además un método predictivo para vinos cuya calidad se desconoce.

El trabajo, encabezado por Hugo Peña-Cortés, director del Centro de Biotecnología de la Universidad Santa María y desarrollado en conjunto con Alvaro Cuadros del área de Bioinformática del mismo centro y especialistas del Instituto Max-Planck de Alemania, está basado en la caracterización de sustancias presentes en el vino que funcionan como marcadores de diferentes atributos del vino, entre ellos, su grado de calidad. Estos marcadores pudieron ser clasificados a través de una tecnología de vanguardia que normalmente se usa en la industria farmacéutica: la tecnología metabolómica.

Este análisis metabolómico consiste en analizar el contenido químico total del vino pretendiendo detectar e identificar la mayor cantidad de sustancias presentes en cada muestra de acuerdo a la variedad, vendimia, viñedo de origen, e incluso calidad. De esta forma, se establece para cada tipo de vino una determinada huella digital que sirve para clasificar y caracterizar el producto en el mercado internacional.

La publicación en "Analytical Chemistry" estará acompañada de la editorial de la revista y una nota especial donde se incluyen entrevistas a otros expertos mundiales. Es que los resultados de la investigación han resultado ampliamente destacados en los distintos campos relacionados.

Peña-Cortés explica: “la relevancia de este trabajo se debe a que porque por primera vez se tiene una estimación del número de sustancias químicas que se encuentran presentes en los vinos. Hasta ahora se pensaba que alrededor de mil moléculas se encontraban en vinos de diferentes cultivares, pero este estudio muestra que este número varía de acuerdo al cultivar y se estima entre tres mil y seis mil”.

“La mayor trascendencia de este trabajo es el desarrollo de una metodología para descubrir las sustancias que caracterizan a los vinos pudiendo identificar aquellas que determinan los atributos de importancia comercial de cada vino. Así, en una misma muestra de vino se puede determinar la cepa utilizada en la producción de ese vino, el año y su origen. Más importante aún es la capacidad de esta forma para discriminar entre vinos de diferentes grados de calidad”, agrega el investigador.

“Debido a que en la actualidad existe un creciente interés de las agencias controladoras de todo el mundo de disponer de bancos de datos y tecnologías que contribuyan al control de sus alimentos y bebidas, el método desarrollado por los científicos de la USM y el Max-Planck son de gran relevancia no sólo para el mundo científico, sino que también para las agencias reguladoras y el sector productivo vitivinícola nacional e internacional”, puntualiza Peña-Cortés.

Este estudio proporciona una nueva herramienta para identificar moléculas desconocidas, abriendo una nueva puerta en la investigación mundial sobre el vino; permite reconocer fraudes en los vinos y proporciona una herramienta a la industria vitivinícola para complementar con un sistema objetivo la clasificación de calidad de sus vinos.

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