Videla: el nuevo libro de Ceferino Reato



Con el libro "Disposición final", el periodista Ceferino Reato intentará desde mañana mantener la atención de al menos los miles y miles de lectores de su anterior trabajo, "Operación Traviata", asegurando un alto nivel de polémica. Es que en su nuevo texto, el ex general Jorge Rafael Videla admitió por primera vez que su dictadura mató a “siete mil u ocho mil personas (...) para no provocar protestas dentro y fuera del país. 
Videla hizo estas declaraciones para el libro, en el cual el ex dictador describe en forma detallada el “método” utilizado durante la represión ilegal, justifica el uso de la tortura y destaca la influencia de la llamada Doctrina Francesa en la lucha contra las guerrillas. Reato entrevistó a Videla durante veinte horas, entre octubre de 2011 y marzo de 2012, en la celda número 5 de la prisión federal de Campo de Mayo.
"Cada desaparición puede ser entendida ciertamente como el enmascaramiento, el disimulo, de una muerte. No había otra solución; (en la cúpula militar) estábamos de acuerdo en que era el precio a pagar para ganar la guerra contra la subversión y necesitábamos que no fuera evidente para que la sociedad no se diera cuenta. Había que eliminar a un conjunto grande de personas que no podían ser llevadas a la justicia ni tampoco fusiladas”, señaló.
El libro muestra, en base a documentos inéditos que no alcanzaron a ser destruidos por la dictadura en 1983, que el destino de cada uno de los detenidos o secuestrados fue decidido en la Comunidad de Inteligencia o Comunidad Informativa (CI) de cada zona, integrada por los responsables de los servicios que actuaban en ese territorio.
Este grupo, encabezado por el general que era el jefe de la zona, se reunía una vez a la semana. Una de sus tareas era decidir qué hacer con cada uno de los detenidos en lugares o centros secretos o clandestinos; había tres alternativas: dejarlos en libertad; “blanquearlos” y colocarlos a Disposición del Poder Ejecutivo (eran llevados a una prisión común por tiempo indeterminado), o pasarlos a Disposición Final.
Videla habla, además, del robo de bebés y niños, y de la relación de los militares con los empresarios, la Iglesia Católica, Estados Unidos, la Unión Soviética, la prensa, los escritores, el peronismo, el radicalismo y el Partido Comunista. Además, revela aspectos inéditos de los preparativos del golpe; los objetivos del régimen militar; la prisión de Isabel Perón; la interna con el almirante Emilio Massera; el Mundial de Fútbol de 1978; el conflicto con Chile por el Canal de Beagle; el Caso Timerman; y la Guerra de Malvinas, entre otros hechos.

Algunas frases de Videla en el texto:
“Las desapariciones se dan luego de los decretos del presidente interino Ítalo Luder (peronista, casi seis meses antes del golpe), que nos dan licencia para matar. Desde el punto de vista estrictamente militar no necesitábamos el golpe; fue un error”.
“Nuestro objetivo (el 24 de marzo de 1976) era disciplinar a una sociedad anarquizada. Con respecto al peronismo, salir de una visión populista, demagógica; con relación a la economía, ir a una economía de mercado, liberal. Queríamos también disciplinar al sindicalismo y al capitalismo prebendario”.
“El Partido Comunista me apoyaba como moderado”.
“(Los empresarios) se lavaron las manos. Nos dijeron: ´Hagan lo que tengan que hacer’, y luego nos dieron con todo. ¡Cuántas veces me dijeron: ´Se quedaron cortos, tendrían que haber matado a mil, a diez mil más!’”.
“Nuestros servicios de Inteligencia tuvieron indicios importantes, no probados, del encuentro entre Massera y Firmenich”, en París.

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