Revolución de las energías renovables en América Latina


Durante siglos, los recursos naturales de América Latina han ayudado a mover la economía mundial. Desde los galeones de plata que financiaron el Imperio español hasta las exportaciones de hierro y cobre que están reconstruyendo China, los recursos naturales de América Latina se han vendido durante mucho tiempo en todo el mundo. Pero ahora el crecimiento de la energía renovable en la región está creando un nuevo fenómeno económico: la explotación de esos recursos naturales para el crecimiento interno.

En los últimos años América Latina ha logrado grandes avances en la explotación de sus increíbles recursos eólicos, solares, geotérmicos y de biocombustibles. 

No es exagerado afirmar que ahora está en la cúspide de una revolución energética que remodelará la región y creará una gran cantidad de oportunidades comerciales. 

En este momento, América Latina sigue siendo muy dependiente de otro de sus recursos naturales: el petróleo. América Latina representa más del 20% de las reservas mundiales de petróleo, lo que la convierte en la segunda región petrolera más importante del mundo. El petróleo representó el 46% del suministro total de energía primaria (TPES) de la región en 2013, muy por encima del promedio mundial del 31%.

En lo que respecta al transporte, es probable que el combustible a base de petróleo mantenga su posición de privilegio durante algún tiempo. 

Los autos e híbridos eléctricos han sido lentos en impacto global. Y en América Latina apenas están presentes. Brasil ha logrado avances impresionantes con alternativas de etanol, pero el petróleo y sus derivados siguen siendo la opción número uno. 

Además, la flota de transporte obsoleta de América Latina, que está compuesta en gran medida de desechos de los EE. UU. o modelos más antiguos producidos localmente, va a permanecer detrás de la curva en cualquier transición a vehículos eléctricos durante al menos el mediano plazo.

Pero el sector eléctrico de América Latina ya ha empezado a desvincularse de su dependencia del petróleo. Según el Banco Interamericano, se espera que América Latina casi duplique su producción de electricidad entre 2015 y 2040 y necesitará 1.500 teravatios hora (TWh) adicionales de energía. Es una cantidad enorme, suficiente para alimentar toda la red eléctrica del Reino Unido durante cinco años. Prácticamente ninguna de las nuevas plantas de energía a gran escala de América Latina será impulsada por petróleo, lo que abre el campo para diferentes tecnologías.

Los países de América Central y el Caribe, que tradicionalmente importaban petróleo, fueron los primeros en alejarse de las plantas de energía basadas en petróleo, después de sufrir una década de precios altos y volátiles a principios de siglo. 

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