Francis, la demagogia y la papa en la boca


Por Mauricio Runno

Hace un año, en un programa de radio que hice desde Pinamar, Juan José Sebrelli me dijo varias cosas en un reportaje que parecía hasta incorrecto de hacerlo (lo cual le daba mayor atractivo para hacerlo). Entre las declaraciones, una de ellas era impactante: "Escuchar a Francisco es como oír a un cura de aldea, ya que es el mismo sacerdote que prioriza lo político sobre lo teológico". La posición del histórico sociólogo argentino, que supo del marxismo y sus prejuicios en épocas tempranas, surge del estudio de las religiones. Y el libro "Dios en su laberinto" resulta tan indispensable para asomarse a un microcosmos en el cual, por lo general, lo que se ve no es lo que sucede. Y viceversa.

Sebrelli fortalece la vapuleada vida intelectual de Argentina con una perspectiva diferente sobre la asunción del argentino como jefe máximo de la Iglesia.

- Usted dice en el libro que Bergoglio" intenta "quedar bien con todos". Y me sorprende que le diga Bergoglio y no Papa o Francisco.

- Porque toda la vida le he dicho Bergoglio. Lo conocí así, por lo que ahora cambiar es difícil. Pero lo importante es que es lo mismo.

- ¿Sigue siendo igual Bergoglio que Francisco?

- Sí, sin dudas. Es el mismo sacerdote que prioriza lo político sobre lo teológico. Eso es evidente. Incluso gente que ha convivido con el dice que a Francisco no le interesaba mucho la filosofía católica, sino la política. Y en la política se maneja con la habilidad que siempre tuvieron los jesuitas, a lo que se le suma la picardía de Perón, a quien el conoció en sus últimos momentos.



En otro de sus esfuerzos por evitar la Argentina, su tierra natal, la misma en la que militó en la agrupación derechista Guardia de Hierro, uno de los tantos disfraces interpretativos del peronismo dramático en su fantasía de vertebrado ineludible de la Historia, quien fuera obispo de Buenos Aires arriba a Chile. 

Si uno fuera malintencionado pensaría que las visitas sudamericanas de Francisco buscan no acercarse a la Argentina al modo de las estrellas de rock que evitan nuevamente la escena, pese a los bises.

La pretensión del jesuita que se ha hecho Sumo Pontífice rindiendo homenaje a San Francisco de Asís, un pobre en medio de la opulencia de una Iglesia poco inocente, es volver a su Buenos Aires querido resultando tan unánime como incuestionable. Una utopía que incluso el propio Francisco alimenta para no concretarse. La situación semeja a una escena de tránsito. El coche que va delante coloca el guiño a la izquierda pero luego dobla, inesperadamente, a la derecha.

Prosigue la reflexión de Sebrelli acerca del fenómeno: "Francisco fue el mentor espiritual de un grupo muy pequeño pero importante que fue Guardia de Hierro. Yo digo que la posición de Bergoglio era muy vinculada con el peronismo y ahora con el neopopulismo latinoamericano, no hace falta más que ver qué países ha visitado: Bolivia, Ecuador.




- Pero, ¿el neopopulismo no fracasó ya demasiado?

- Sí, lo curioso es que Bergoglio se cuidaba mucho cuando era obispo, porque en ese momento el Papa estaba en contra de esta posición. Y era muy antipopulista. Entonces, Bergoglio parecía una persona neutral. Cuando él es Papa ya se define como populista, claramente, con todas las letras, pero lo curioso es que lo hizo en un momento donde el neopopulismo estaba en declive en Latinoamérica y curiosamente un momento en el que empieza a entrar en el mundo europeo. Es muy difícil prever qué irá a dar todo este régimen. De hecho, las reformas que los simpatizantes progresistas creían que iba a hacer como una gran rebelión, hasta ahora no se han visto: Palabras sí, pero ni un solo cambio.




- ¿Francisco ha hecho uso de la demagogia en su papado?

- Seguramente. Él es un hombre de gestos muy demagogos, de unir grandes masas en la Plaza del Vaticano y hacer promesas que no está en condiciones de cumplir. Esperábamos una condena más enérgica del Vaticano a hechos de abusos por parte de sacerdotes. Lo hace más escandaloso el hecho que los últimos Papas, incluido Bergoglio, han acentuado la lucha contra la liberación sexual que se ha dado en Occidente y, cuando se trata de asuntos que conciernen al sexo, el se calla la boca.

- Usted ha dicho que su antecesor Ratzinger era un pensador. ¿Francisco es más pragmático?

- Desde ya. Uno puede estar en desacuerdo con lo que el pensaba, pero uno leía una encíclica de Ratzinger y era como leer un libro de filosofía alemana. En cambio uno lee a Francisco y es como escuchar a un cura de aldea.










- La sensación es que buena parte del peronismo se está abroquelando alrededor de Francisco para aggiornar su idea de Nación, de mundo, de economía. ¿Es posible?

- El peronismo indudablemente tampoco se destaca mucho por la teorización y filosofía política. Se mueve también por la táctica del momento. No nos olvidemos que hasta una semana después de haber sido nombrado Papa, los católicos populistas se mostraron en contra y después hicieron un giro de 180 grados al ver que era un Papa con giros "populares". A Cristina siempre le costó muy poco dejar en ridículo a sus seguidores, como a los de Carta Abierta, que se mostraron en contra de Francisco hasta que ella peregrinó a Roma.


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