Nik, Cristina, Néstor y un poco de Zonda
Mauricio Runno
El año pasado, antes de las elecciones presidenciales, Nik presentó en Buenos Aires uno de sus libros, llamado "Yo, pinguina". Propuse entonces hacer un reportaje con él para un diario de Mendoza. Nunca contestaron si querían o no aquel testimonio. Es el famoso delay del periodismo local, supongo. O el zonda que nos has visto crecer en este cielo. Es lo mismo.
Nada me parece más oportuno para estos días que reproducir algunos de los dibujos que contiene ese texto. La sátira política, en nuestro país, es un género que se mantiene intacto, aunque, claro, Tato Bores ya descanse en paz y sus monólogos sean fácilmente ubicables en YouTube.
Como parece estar de moda poner afiches en las calles, que no dejan de ser una especie de sátira, lo hacen los clubes, los sindicatos, los que venden productos alimenticios o para perros, no encuentro mejor manera que recordar aquellos "chistes".
La vigencia de muchos de ellos, en un texto que es realmente un punto alto en la producción del humorista de "La Nación", sea por su manejo del lenguaje copy and paste, como de la mejor gracia y sutileza, la vigencia, decía, de estos cuadros no hacen más que confirmar un acto fallido nacional: ¿hubo elecciones?
Claro que las hubo: Menem y Kirchner fueron votados, elegidos. Alfonsín y De la Rúa también. Duhalde no, ni tampoco esa seguidilla de presidentes que también merecerían una serie de afiches callejeros. Nadie debería estar afuera de la gloria inmensa de la publicidad. Aunque eso es viejo, al menos para Phillip Dick, cuando jamás pensó que su novela podría ser la base de "Blade Runner". Los que se anticipan, como el citado Dick o el propio Nik, jamás se atreverían a decirlo: son discretos, inteligentes y de un sobriedad tan elegante como jamás pudo el menemismo y el resto de los ismos que hemos tenido desde entonces.
Total que demasiado texto para recordar, junto con Nik, lo que todos sabían pero nadie tomaba muy en serio. Cuando me acepten la entrevista con él me gustaría preguntarle si sabe lo que es el viento zonda.
El año pasado, antes de las elecciones presidenciales, Nik presentó en Buenos Aires uno de sus libros, llamado "Yo, pinguina". Propuse entonces hacer un reportaje con él para un diario de Mendoza. Nunca contestaron si querían o no aquel testimonio. Es el famoso delay del periodismo local, supongo. O el zonda que nos has visto crecer en este cielo. Es lo mismo.
Nada me parece más oportuno para estos días que reproducir algunos de los dibujos que contiene ese texto. La sátira política, en nuestro país, es un género que se mantiene intacto, aunque, claro, Tato Bores ya descanse en paz y sus monólogos sean fácilmente ubicables en YouTube.
Como parece estar de moda poner afiches en las calles, que no dejan de ser una especie de sátira, lo hacen los clubes, los sindicatos, los que venden productos alimenticios o para perros, no encuentro mejor manera que recordar aquellos "chistes".
La vigencia de muchos de ellos, en un texto que es realmente un punto alto en la producción del humorista de "La Nación", sea por su manejo del lenguaje copy and paste, como de la mejor gracia y sutileza, la vigencia, decía, de estos cuadros no hacen más que confirmar un acto fallido nacional: ¿hubo elecciones?
Claro que las hubo: Menem y Kirchner fueron votados, elegidos. Alfonsín y De la Rúa también. Duhalde no, ni tampoco esa seguidilla de presidentes que también merecerían una serie de afiches callejeros. Nadie debería estar afuera de la gloria inmensa de la publicidad. Aunque eso es viejo, al menos para Phillip Dick, cuando jamás pensó que su novela podría ser la base de "Blade Runner". Los que se anticipan, como el citado Dick o el propio Nik, jamás se atreverían a decirlo: son discretos, inteligentes y de un sobriedad tan elegante como jamás pudo el menemismo y el resto de los ismos que hemos tenido desde entonces.
Total que demasiado texto para recordar, junto con Nik, lo que todos sabían pero nadie tomaba muy en serio. Cuando me acepten la entrevista con él me gustaría preguntarle si sabe lo que es el viento zonda.
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Comentarios
Crecí en San Juan, a orillas de la Corodillera de Los Andes. Ese cielo me vio caer y levantarme una vez más. El aire que respiré es de esta región que mezcla el desierto y la mediocridad en partes iguales.
Qué me van a hablar de amor a mí, amigoo, si yo he atravesado noches enteras de Zonda y calor junto a vos, en esa vida que llevamos juntos. Esa clase de vidas que se juntan y se separan y dejan atrás los males con que la vida suele contaminarnos la existencia.
Bueno, creo que esto ya estuvo bueno.
Nos whemos, amigood. Te conté que
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Simon
http://fotolog.terra.com.ar/ernestosimon