En Chile ya incorporan la energía solar a la industria del vino

Un grupo de estudiantes universitarios recorren las instalaciones.


La Viña Gracia, en Chile, es pionera en incorporar energía solar térmica como alternativa al gas licuado, que emite gases de efecto invernadero influyendo en el cambio climático global. Este proyecto se desarrolla en las cercanías de la ciudad de Rancagua. Y sus instalaciones de energía solar van camino a convertirse en un modelo de desarrollo.

Es que actualmente los mercados internacionales están exigiendo mayor responsabilidad ambiental a los productores en general para contribuir a mitigar el cambio climático. Por esto, la empresa Viñedos y Bodegas Córpora – en especial la Viña Gracia de Chile – decidió implementar desde septiembre del año pasado una planta de 215 metros cuadrados, con colectores solares de tubos al vacío (heat-pipe), que calienta el agua necesaria para el proceso del vino a través del uso de la energía solar térmica, reduciendo considerablemente el uso de gas licuado.

De modo que esta empresa ha integrado el uso de la energía solar térmica en el proceso del vino, ya que este debe ser calentado para la extracción del color, luego hay que enfriarlo a bajas temperaturas para después volver a calentarlo a temperatura ambiente para el embotellado. Y todo el proceso de calentamiento se está haciendo con el apoyo de la energía solar térmica”, afirma Pablo Pastene, uno de los ingenieros protagónicos de este modelo innovador.

Los países desarrollados, sobre todo en Europa, han implementado políticas de fomento para el uso de la energía solar térmica con el objetivo de reducir su dependencia de combustibles importados, además de cumplir su compromiso con el Protocolo de Kyoto (acuerdo de reducción de gases invernadero). En California, Estados Unidos por ejemplo, recién el año pasado se estructuró un programa para “reducir la dependencia del gas natural con energía solar térmica”, lo cual indica que Chile no está tan atrasado en la implementación de políticas energéticas.

“Las motivaciones de la empresa para implementar este sistema de energía solar térmica, inversión que se estima será recuperada en tres años, se deben principalmente a la actual exigencia de responsabilidad ambiental que están demandando los mercados internacionales. Cambiar el gas licuado por la energía solar – que hoy es confiable y no genera problemas como muchas veces se cree – colabora con la reducción del consumo de combustibles fósiles, reduciendo de la misma manera la emisión de gases invernaderos que acrecientan el cambio climático” asegura Pablo Pastene.

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