"Es central construir un espacio de trabajo feliz"
Entrevista con Sergio Vergara, coordinador del CICUNC,
Centro de Información y Comunicación de la Universidad Nacional de Cuyo
Por Mauricio Runno
Han sido 17 los años de carrera en OSEP. Comenzó mediante una pasantía mientras estudiaba Administración Pública. Esa tarea, en principio, lo iba a ocupar dos meses. Sin embargo terminó quedándose a trabajar allí, hasta llegar a ocupar cargos técnicos más que importantes. Así fue que se convirtió en Director de Comercialización de la obra social del Estado provincial. Durante este tiempo realizó dos posgrados, uno en España, sobre reformas al sistema de salud, y otro en Chile, sobre gestión en salud. El viernes pasado, sin embargo, asumió un nuevo desafío: es el nuevo coordinador del CICUNC, el Centro de Información y Comunicación de la Universidad Nacional de Cuyo.
Nació en Malargüe, la misma geografía que vio nacer al actual gobernador, a quien Vergara conoce, no sólo de las épocas de estudiantes, cuando ambos vivían aquí en el mismo edificio, en la avenida Juan B. Justo, sino por los avatares de la política: Sergio es hijo de quien fuera intendente de Malargüe desde 1983 hasta 1995, el radical Jorge Vergara Martínez. Justamente fue Jaque el intendente que rompió una hegemonía aún recordada del mapa político de la última democracia naciente.
- Quería empezar preguntándole por su padre, que ha sido una figura política importante en la historia de Malargüe, además de ser un referente clave del radicalismo en el sur provincial.
- El siempre fue un militante de la política. Me acuerdo que en la época del Proceso las reuniones que él hacía eran medio clandestinas. Y nosotros no teníamos que decir nada. Yo era chico. Y esto sucedía en Malargüe pero también en San Rafael. Y después mi viejo, en el año 1983, con al advenimiento de la democracia, es candidato a intendente y resulta electo. Y ocupó ese cargo durante 12 años en forma ininterrumpida. Y a pesar de haber estado tantos años mi viejo era un tipo muy querido en el pueblo, muy respetado. Seguramente porque sus gestiones eran muy humanitarias y solidarias. El ha sido un ejemplo para todos nosotros.
- ¿Usted nació en San Rafael o en Malargue?
- Nací en Malargüe. Hasta los 4 años. Después nos fuimos a vivir a San Rafael por esas circunstancias de la vida. Y vine a parar a Mendoza cuando tenía 17 años. O sea que ya soy más mendocino.
- Se diría que ha recorrido la Mendoza profunda.
- (Risas) Soy sureño y del valle del norte, sí.
- Su padre ha sido todo un caudillo.
- Realmente logró un posicionamiento que creo que se basó en su personalidad, que era muy fuerte. Tenía condiciones de líder, lo que lo llevó a extender su influencia en todo el Sur. Y luego acá en Mendoza. Y sigue siéndolo, ya que aún está en actividad, a pesar que está por cumplir 70 años. Aún es muy emprendedor y vive lleno de proyectos.
- Aún muchos recuerdan sus concreciones y avances para Malargüe durante esos 12 años.
- Es que ésa ha sido una de sus grandes luchas. Se desvivía por defender los derechos de Malargüe y de los malargüinos. Mi viejo básicamente es un tipo identificado con los sectores populares. Y en lo personal es muy desprendido de las cosas materiales, si bien siempre se ha dedicado al comercio e inicia emprendimientos. El trabajó muchísimo por las reivindicaciones de los puesteros, entre ellas la posesión de las tierras. Y junto con Felipe Llaver fue uno de los que promovieron el juicio a la Nación por la liquidación de las regalías petrolíferas e hidroeléctricas. Mi viejo no alcanzó a cobrar nunca estos beneficios, ya que la primera liquidación las cobró el Celso, al año de su gestión.
- ¿El sucesor de su padre en Malargüe fue Jaque?
- Exacto. Y al él le tocó cobrar todo ese dinero, que para Malargüe era impresionante. Por eso cuando se habla de la época de oro y de la calidad de la gestión hay que decir que la hizo con otras condiciones. El presupuesto de la comuna era de 4 millones y pasó a 32 por aquello de las regalías mal liquidadas que tanto mi padre como muchos otros radicales gestionaron en su momento. Gobernar con plata y realizar proyectos es distinto. Mi viejo llevó el gas, que no había, a pesar de que se producía petróleo. Llevó la televisión, agua potable. Pavimentó buena parte del pueblo.
- Es inevitable preguntarle por el actual gobernador, ya que lo conoce muy bien, quizá como muy pocos mendocinos lo conocemos.
- No sé si lo conozco tanto. En realidad cuando me vine a estudiar a Mendoza fui a vivir a un departamento en la calle Juan B. Justo, en un departamento donde vivíamos varios malargüinos. Y en el mismo edificio, unos departamentos más allá, vivía el Celso con unos sanjuaninos, que son los mismos que ahora están con él en el gobierno. Ahí lo conocí. Conozco también a su esposa. Y él fue compañero de facultad de la mía. Hemos viajado juntos en el colectivo, cuando íbamos o veníamos.
- ¿Y desde aquellos años él soñaba con ser gobernador de Mendoza?
- No lo sé, porque la verdad esas charlas profundas a lo mejor no las tuve. Pero sí ya era un militante político. Y siempre lo tuvo en claro.
- Quería hacerle dos preguntas acerca de OSEP, ya que la suya me parece una opinión más que autorizada para opinar sobre este tema. ¿Es aún empleado de OSEP?
- Lo soy sí. Pero tengo el cargo retenido. Pedí licencia sin goce de haberes mientras dure el otro cargo. En OSEP yo he desarrollado toda mi carrera. Soy licenciado en Administración Pública y he desarrollado otras labores, pero mi trabajo central, siempre, ha sido OSEP.
- Por estos días se hará cargo un nuevo director, Marcelo Costa, a diez meses del cambio de administración. ¿Cuál es su expectativa acerca de este cambio?
- OSEP hoy es una institución sumamente prestigiada. Creo que el gran mérito que ha tenido la gestión de los últimos ocho años, que fue la gestión de un gran equipo de trabajo, es el hecho de haber jerarquizado muchísimo a una institución que carecía de esas características. Justamente vengo de dar clases, en la Universidad del Aconcagua, que se llama Comercialización en Servicios de Salud, y estudiamos el caso de la OSEP como un modelo. Por eso espero que este servicio tan sentido por los mendocinos, que supo tener casi 50 mil afiliados voluntarios, donde hay un nivel de satisfacción importante, en la cual la situación presupuestaria y financiera está equilibrada, marche por la misma senda. La expectativa es que las nuevas autoridades estén a la altura de las circunstancias. Tengo toda la esperanza que sea así.
- Para las necesidades de la población OSEP es un tema más que clave.
- Es un tema de 350 mil mendocinos. Que resuelven su salud a través de este sistema. Por eso estos diez meses que se han perdido, bueno, ya se perdieron. Lo que es importante es que OSEP no descienda en las expectativas que genera en la población. Y si bien no se ha roto todo lo que hemos logrado hacer en estos diez años hay que trabajar para mantenerlo. Espero que Celso sea lo suficientemente inteligente, o no lo engañen, como para permitirle a Costa ser el conductor de OSEP.
- El viernes pasado usted asumió una nueva función, en el CICUNC. Quizá quienes están más cerca de los dimes y diretes del mundo académico estén más al tanto de la funciones de esta institución. ¿Puede explicarnos qué es el CICUNC?
- Cuando fue concebido, el CICUNC, por el 2004, creo, los que lo hicieron tuvieron la visión de entender que la comunicación existe como un fenómeno de las personas y también de las organizaciones. Porque de una u otra forma las organizaciones siempre están comunicando, explícita u organizada o implícita y desorganizadamente. Por lo positivo o por lo negativo siempre comunican. Y quien concibió el CICUNC lo hizo, en mi forma de ver las cosas, como un multimedia muy interesante, con una proyección y características que la diferencian de cualquier otra organización que se dedica a la comunicación en Mendoza.
- ¿Por qué?
- Porque en el sector público ninguna organización tiene el desarrollo, la infraestructura y recursos humanos que posee el CICUNC. Sí en el sector privado, pero allí los medios tienen dueños. Y la universidad, en cambio, le pertenece al conjunto de la sociedad. Y eso lo diferencia claramente.
- ¿Cómo se integra el multimedios?
- Está conformado por una radio, una productora de televisión, un departamento de diseño editorial y gráfico y una potencialidad aún no desplegada, al menos en su totalidad, que es producir comunicación para vincular fuertemente a la universidad con la sociedad. Y hay un doble rol: comunicar hacia dentro y hacia fuera. Por un lado el ámbito académico, lo concerniente a docentes y alumnos, y hacia la sociedad, informando de sus acciones y dando a conocer el trabajo producido. Para mí desarrollar esta proyección es muy importante. Por fuera de la comunicación es también un espacio para ofrecer capacitación a profesionales de la comunicación social, estudiantes, y capacitar en otras disciplinas, para extender el conocimiento. Es también una fuente de transferencia de servicios muy rica: hay productos, conocimiento, investigación.
- En las mediciones periódicas acerca del prestigio de las instituciones siempre las universidades aparecen con altos índices de credibilidad. ¿Aquí ocurre lo mismo?
- La universidad guarda un alto prestigio social. Y siempre la universidad, junto con la iglesia, tienen índices muy elevados, más en la sociedad moderna, que descree de casi todo. Y esta es una idea para fortalecer y trabajar desde el CICUNC, además de intentar que la transferencia tecnológica y de conocimiento se enriquezca aún más, para lograr aquello de acercar la universidad a la sociedad. El CICUNC está muy asociado a las facultades de Comunicación Social y de Diseño. Pero es obvio que con todas las facultades se puede trabajar en estos temas y encarar programas con objetivos claros.
- La convocatoria para designar un responsable del CICUNC fue muy audaz, en tanto podría decirse que se concursó el cargo, por primera vez…
- Sí, ha sido un cargo que hasta ahora siempre se había resuelto políticamente. Y el rector de la universidad decidió darle un perfil más técnico a la función.
- No ha sido un proceso de elección sencillo.
- Fueron tres instancias. La primera fue de evaluación de antecedentes de los postulantes, en relación a antecedentes en gestión, conocimientos en tecnología y comunicación. La segunda incluía el estudio de un proyecto que se presentaba, que incluía varios aspectos. Allí se presentaba un proyecto integral de gestión. En mi caso trabajé con un equipo grande de egresados, docentes y estudiantes de distintas facultades de la misma universidad. Pasamos esa instancia y luego fuimos a un coloquio, de defensa del proyecto. Luego hubo entrevistas personales, para acordar lo planteado en el proyecto con las políticas integrales de la propia universidad. Esas reuniones las mantuve con el rector y el vice-rector.
- ¿Por qué lo eligieron entre la docena de proyectos presentados?
- (Ríe) Bueno, eso no lo sé. Hay que preguntarle al jurado.
- Al menos sabrá lo que se ha considerado como innovador para elegirlo.
- Básicamente tiene mucho que ver mi experiencia anterior en lo que hace a desarrollo de imagen y posicionamiento de marca, entendiendo bien estos conceptos en el ámbito de lo público. Muchas veces aparecen como incompatibles. Y como licenciado en Administración Pública hablo de estos conceptos, porque lo que siempre trato de sostener es que la administración no tiene ámbitos estancos. Esto de lo público y lo privado son las divisiones que hacemos para definir territorios. Pero hay campos y conceptos en que se puede integrar normativas estructuras y las leyes del mercado. En mi experiencia anterior, en OSEP, he demostrado cómo la rentabilidad de toda una estrategia comercial se transformaba en una rentabilidad de carácter social: mejorando servicios, devolviendo prestaciones, ampliando la cobertura.
- Exacto. Sería dotar al Estado de algunos parámetros de eficiencia que, creo, por ahí es lo atractivo y que han entendido las autoridades universitarias. No soy privatista, incluso no comparto la idea de que algunos campos estén en mano de lo privado. Tampoco soy estatista. Más bien diría que estoy en contra de la confusión de algunos conceptos, que se malinterpretan o se mal usan o se los puede llevar a los extremos, cuando no son excluyentes. Cuando hablamos de eficientizar el Estado no es incompatible la eficiencia con el Estado que haga bien las cosas. También he planteado, en relación al CICUNC, un canal de comunicación que sea mucho más amplio, donde más sectores se vinculen al proceso de comunicación. E integrar al CICUNC al sector privado, ya sea con los multimedios, las agencias, en este proceso de transferencia de servicios e intercambios que nos permitan obtener recursos para financiar proyectos de desarrollo y fundamentalmente capacitación para los futuros profesionales.
- Si no malinterpreto sus dichos usted avanzará en la creación y consolidación de un multimedios que no estará regido por las leyes del mercado. ¿Es así?
- Exactamente. Consolidarlo, darle fortaleza y sumar a todos los actores en un proyecto integral. Obviamente que el desafío es que las personas intervinientes nos veamos fuertemente referenciadas porque somos felices, porque trabajamos en una institución prestigiada, porque nos sentimos orgullosos de pertenecer a esa institución. Para mí es central construir un espacio de trabajo feliz. Muchas veces en las estructuras públicas nos olvidamos de esas cosas.
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