Laberintos de Borges en Munich con Kafka y Beethoven

El director Calixto Bieito estrenó ayer en la Opera Estatal de Munich su visión de "Fidelio", la única ópera de Beethoven. Según recoge la prensa alemana, el director "se adapta a la visión humanista del autor y dibuja un «poema existencialista» que bebe, junto al mensaje del genio de Bonn, en las fuentes de Kafka y Borges".
La Orquesta Estatal de Baviera está dirigida por Daniele Gatti y la ópera narra la historia de Leonora, una mujer que, disfrazada como un carcelero llamado Fidelio, rescata a su marido, de nombre Florestán, que cumple en prisión una condena a muerte por razones políticas. Fidelio es una ópera en dos actos. El libreto alemán de Joseph Sonnleithner fue escrito a partir de la comedia Leonora o el amor conyugal, de Jean-Nicolas Bouilly, inspirada en un suceso real en la época de la revolución francesa.





"Bieito ha jugado con la idea de un laberinto plasmado en escena con una estructura de metacrilato distribuido en diferentes niveles en los que se mueven, sujetos por arneses, los personajes. En esos pasadizos interiores, donde los hombres se pierden en su agonía, está la esencia del montaje. Y habla de los callejones literarios de Harold Bloom, pero sobre todo de autores como Borges y Kafka, que es quien mejor intuyó cómo sería el siglo XXI", comentó el director a la prensa.
El proceso, de Orson Welles, es una de las fuentes de inspiración. Prto el libreto ha incluido textos de esta obra kafkiana y tres poemas de Borges. La producción, dirigida musicalmente por Daniele Gatti, arranca con la obertura Leonora 3 y el recitado a cargo de la protagonista de los versos de El laberinto borgiano.
Bieito sostiene que la obsesión por la sordera de Beethoven está presente en la obra: "Imagino al compositor incomunicado con los demás, deprimido, desgraciado en el amor. Y eso se refleja en el momento en el que Leonora se dispone a liberar a su marido, pero no lo reconoce hasta que puede identificar su voz".





¿Quién es Calixto Bieito?





"Con veinte años empecé en el mundo del teatro profesional en el Teatre Principal de Vilanova i la Geltrú y después en Barcelona. En 1992 voy a París, al Odéon, con Lluís Pasqual, y después hice una gira por Sud-América. En 1995, Focus empieza a producir mis espectáculos teatrales. En 1996 hice La verbena de la Paloma y el director del Festival de Edimburgo, de vacaciones en Barcelona, la vio y me invitó a llevarla el año siguiente. Aquella producción y La vida es sueño marcaron un punto y aparte en mi carrera. Desde 1999 soy director artístico del Teatre Romea.
Tengo la suerte de alternar la dirección de escena de ópera, teatro y zarzuela por todo el mundo. También he empezado a impartir cursos de dirección e interpretación escénica en Europa, me gusta mucho trabajar con la gente que empieza porque están llenos de energía. El teatro me ha dado una libertad mental que nunca había imaginado. Como dice el protagonista de Plataforma, de Houellebecq, tengo claro tengo claro que “me olvidarán, me olvidarán”.

El pasado año fue uno de los más importantes en la trayectoria de Bieito, al ser galardonado con el Premio de Cultura Europeo por su aportación innovadora a la cultura del viejo continente. Además de dirigir el Teatro Romea de Barcelona (ciudad en la que reside desde los quince años, aunque nunca ha dejado de sentirse de Miranda), el director de teatro, ópera y zarzuela mirandés ha sido el director del Festival Internacional de las Artes de Castilla y León en sus últimas dos ediciones.

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