Sommelier de Ideas, catar ideas degustar conceptos
El 9, en el CCEBA (Paraná 1159), se realizará una experiencia filosófica y sensorial, coordinado por Luis Diego Fernández. Lo citan Nietzsche, en Ecce Homo: "In vino veritas [en el vino está la verdad]: parece que también en esto me hallo una vez más en desacuerdo con todo el mundo acerca del concepto de "verdad" -en mí el espíritu flota sobre el agua".
El cruce de las ideas con los gustos y sabores son indisociables desde el siglo VI a.C. Y el vino y la gastronomía están presentes en la historia de la filosofía: las olivas de Platón, el queso de Epicuro, el cangrejo de Sartre, la cocina piamontesa de Nietzsche, las pasas de Wittgenstein, las ensaladas de los estoicos, las salchichas de Schopenhauer, el té de Kant, los cigarros de Marx o la gran bodega de Engels. Y es que el vino y la filosofía trabajan con la misma coordenada: el tiempo. La enología es un arte del tiempo, y la filosofía le pone categorías a ese resultado.
Ese ejercicio mental y gustativo es lo que hace el sommelier de ideas: un syrah, un malbec, un merlot, un cabernet, un sauvignon blanc, un chardonnay, un pinot noir, todos varietales que pueden ser descritos al modo de Onfray. Cada vino es un filósofo. Esa correspondencia, desde luego, lejos está de una "verdad" universal. El juicio de gusto, como sabemos, es una singularidad. Aquí, es un disparador para pensar el cuerpo, y pasarla bien.
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