Minería en Mendoza en 1900: el debate de siempre, el cansancio de siempre
Minería en Mendoza. El título pertenece a una nota publicada el 20 de enero de 1900 en un diario del sur mendocino. Cobra actualidad, ya que, palabras más, palabras menos, profundiza una discusión de agotadora actualidad. He modificado algunas palabras para la mejor comprensión del texto, apenas. El resto es la transcripción total del artículo, que fue publicado sin firma. Más allá de tener una posición personal respecto a la minería en Mendoza, considero que esta nota, publicada hace más de 110 años, demuestra el letargo de los mendocinos a la hora de asumir el presente y el futuro. Supongo que si hemos tardado 110 años para discutir un tema, casi en los mismos sorprendentes términos, se hace difícil avanzar en el desarrollo serio, civilizado y profundo de Mendoza. La única esperanza es que dentro de 110 años no continuemos dando vueltas sobre el mismo tópico.
Adormecida durante una larga serie de años la minería en Mendoza, y abandonada casi exclusivamente durante todo ese tiempo, a manos de los que tan equivocadamente piensan que las minas son una lotería en que el descubridor es el propietario del billete sobre el que recae una grande, ha venido luchando con el descrédito que esos mismos supuestos favorecedores de la fortuna le han creado, dentro y fuera de la provincia.
Desgraciadamente, hasta ahora, hay quienes vienen sosteniendo por la prensa que las minas deben continuar siendo el patrimonio deparado por la casualidad a todo aquel, que no teniendo nada que hacer, se paseé por las alturas en busca de minas, para poseerlas enseguida, sin más probabilidades de explotarlas que las que puede ofrecer la negación de toda noción sobre su trabajo industrial, ni el más insignificante recurso para hacer frente siquiera a los gastos de la tramitación legal para adquirir del Estado su concesión en forma, de manera de ofrecer al capitalista, por lo menos, la garantía de una propiedad bien adquirida, en cambio de las comúnmente disparatadas pretensiones con que responden a menudo a las proposiciones de aquellos de quienes racionalmente depende la verdadera valorización de las minas, por medio del trabajo o de los altos capitales que hay que destinar para que sea realmente provechosa, al particular como a los pueblos, su explotación industrial.
Por fortuna, los poderes públicos de la provincia penetrados de la necesidad de ofrecer al capitalista minero, como al minero de buena fe y dispuesto a trabajar, todas las seguridades de una provechosa utilización de su trabajo o de su dinero, y que la provincia pueda obtener a su vez de ello las ventajas que es dado esperar de la industria bien dirigida, han reaccionado de la rutina y tomado medidas prudentes a fin de que esa industria se rehabilite cuanto antes del descrédito en que ha caído, y se levante en razón a la importancia que realmente tienen los diversos distritos mineros con que cuenta la provincia, tanto por la abundancia, como por la variada riqueza de sus filones.
Las minas-loterías son rarísimas en el mundo, y ellas son las únicas indudablemente que los atorrantes de la minería pudieran explotar sin trabajarlas, en razón de la facilidad con que despiertan el interés del minero trabajador o la codicia del capitalista que encuentra en ellas las seguridades de una colocación inmejorable a su dinero.
Desgraciadamente para Mendoza, los mejores pioneers de su industria minera, es decir, los primeros que le dedicaron toda su inteligencia, actividad y capitales, como los Villanueva, Correa, Galigniana, González, Maza, Blanco, Rickard, Raymond, Reta, Canto, Olmedo y otros muchos que se escapan a mis recuerdos, tuvieron que luchar con tan grandes dificultades en sus trabajos de rehabilitación de la minería en su tiempo, que a la fecha los que ellos sobrevive no le conservan siquiera el amor que supieron demostrarle, tantos fueron los contratiempos y sinsabores que amargaron sus grandes como patrióticos afanes y sacrificios.
A tan digna generación, fue a la que sucedió el atorrantismo minero, es decir, la tan deplorable época del pírquen, que destruye todo mineral que cae en sus manos, dificultando para lo sucesivo su explotación cientpifica y metódica, y hasta resistiendo por todos sus medios esta reaparición del verdadero minero que desaloja de suyo al parásito, engrandeciendo la industria y dando riqueza y renombre a los pueblos donde radican sus trabajos, usinas y maquinarias.
Durante tan tristísima época, tengo entendido que una sola sociedad minera seria, la del Paramillo de Uspallata, se decidió a establecerse en la provincia, pero con tan poca fortuna en lo relativo a su dirección técnica, que a alguno de sus más renombrados ingenieros debe, a decir de los entendidos, el haber agotado su capital con el establecimiento de trabajos inútiles de labores, hornos de fundición inadecuados y costosas construcciones sin objeto, habiéndose visto por ello obligada al arrendamiento de todos sus bienes y posesiones, para que otros consiguieran, como ha sucedido, los brillantes beneficios que a ella, legítimamente, hubiéronle correspondido, si mejores manos hubieran dirigido sus primeras operaciones en el terreno.
La reacción, sin embargo, viene produciéndose poco a poco y a seguir así, todo se prepara para ver en breve tiempo agitarse en todas direcciones de las sierras y cordilleras mendocinas al gremio de mineros y capitalistas bienhechores de la industria, en busca de los valiosos tesoros que encierran en sus entrañas aquellas cordilleras solariegas hoy, pero hospitalarias y pródigas de riqueza para el que sabe explotarlas y dispone de los medios tan perfeccionados en el día para la extracción y elaboración de sus variadas producciones minerales.
Por su parte, el gobierno de la provincia, no disponiendo por el momento de otros medios favorables a la anhelada reacción, ha puesto en vigencia, como he dicho, leyes de previsión que aminoran considerablemente desde luego los gastos tan elevados a que tenía que hacer frente el minero hasta obtener el título de propiedad de su mina, pues que tenía que pagar y costear de su peculio personal el personal judicial que interviene en todas esas operaciones de conformidad a las disposiciones relativas a esos trámites consignados en el Código de Minería en vigencia, gastos que en el mejor de los casos no bajaban de mil pesos nacionales según las distancias de ubicación de las minas, y que gracias a las citadas leyes provinciales, han quedado reducidos al valor del sello del denuncio y a una moderada patente anual, cuyo mérito para las minas que se trabajen, ni en 20 años sumarían el capital requerido antes para obtener la posesión legal de una concesión minera, siendo, sin embargo, de notar el hecho de que la promulgación de tan previsoras disposiciones ha dado origen a la formación de un Centro Minero para resistirlas, sorprendiendo quizá la buena fe de algunas dignas personas que no poseen minas, pero que ha seducidose por la literatura de sus iniciadores, que pertenecen a los que especulativamente piensan que el porvenir de tan importante industria depende de que el Estado, no sabiendo cuidar de sis bienes, permita que se apoderen de ellos personas que hasta ahora sólo han demostrado acá su deseo de poseerlos, con el único propósito de tener tarde o temprano algún derecho que oponer en cambio de algunas sumas a los que vengan a la provincia con el capital suficiente para la verdadera explotación de sus importantes minerales.
Como demostración de la manifiesta reacción a que me refiero, puede citarse la adquisición por distinguidos caballeros de la capital, del valioso mineral de “La Cortaderita”, situado a 5 leguas al norte del Paramillo de Uspallata y que produce minerales para la venta en bruto, con leyes que viene variado entre seis y cuarenta y cinco kilos de plata en tonelada y de 10 gramos hasta 24 kilos de oro, leyes altísimas que aún se presume mejoren a medida que se profundicen las excavaciones existentes, y que hasta ahora no han llegado a más de 30 metros, donde recién empieza el macizo frío con metales en que predominan la plata nativa, los antimoniuros y rosecleres de alta ley de plata como en los más ricos de los afamados minerales del Perú y Chile.
Los pedimentos de más de 20 minas de cobre en el distrito de Valle Hermoso del departamento de San Rafael, por fuertes capitalistas de Chile que se proponen este año explotarlas en grande escala en razón de la suba que se mantiene en Europa de los precios de esa clase de minerales y la abundancia y riqueza de los filones del distrito, ya en explotación provechosa en “Las Choicas”, pertenencia descubridora del mineral y de cuya alta importancia se puede dar una idea con sólo hacer constar que distinguidos ingenieros de minas como San Román, Martínez de Hoz y otros de menos renombre, que han reconocido el material, han podido calcular en más de 30 metros el espesor del principal filón cobrizo de tan valiosas minas. Con los trabajos que se prosiguen allí a costa del distinguido ingeniero señor Schatzmann, afortunado propietario de la concesión ha podido constatarse que más propiamente aquello es un enorme incrustamiento de filones, al lado uno de otros, y cuyos espesor varía de 40 centímetros a un metro y medio cada uno. Este mineral se explota por el lado de Chile, por ofrecer allí actualmente muchas más facilidades la viabilidad, que asimismo se entretiene por caminos para mulas, reparados constantemente por la empresa del señor Schatzmann, y que, aunque mantenidos siempre en buen estado durante la época de los deshielos, no permite por cierto el establecimiento de una explotación permanente y en grande escala del mineral, lo que podría conseguirse por cierto, si el gobierno argentino quisiera preocuparse del establecimiento de un camino carretero hasta la villa de San Rafael, a que se presta admirablemente la región, y con lo cual se favorecería enormemente al distrito. Asimismo se extraen los veranos del 450 a 500 toneladas de mineral que se conducen a Valparaíso para embarcar a Liverpool con un costo de seis libras esterlinas puesto en Valparaíso, comprendido los gastos de extracción y transporte, habiendo dejado el negocio este año a su propietario una utilidad neta de más de 10 libras por tonelada, pues que los bronces amarillos transportados, han dado leyes de 27 a 33 % de cobre con 25 a 30 onzas de plata, y los morados, de que hay gran abundancia, de 53 a 58 % de cobre y 60 onzas de plata.
Actualmente se prepara en Chile una expedición muy importante dirigida por el capitalista señor Lumley, concesionario de nuevas minas en el distrito de Valle Hermoso para el establecimiento de los primeros trabajos de explotación de sus pertenencias y reconocimiento de los importantes yacimientos carboníferos de San Rafael, que ofrecen todas las condiciones requeridas para la fácil instalación de fundiciones de metales y que pueden dar margen al verdadero desenvolvimiento de la industria del cobre en la república, que aún sigue siendo en Chile la fuente más importante de su riqueza minera.
¡Lástima grande que aún los poderes públicos de la Nación no hayan penetradose de la necesidad de fomentar siquiera con el establecimiento de caminos carreteros, el desarrollo de tan grandioso mineral! Pero mal puede, es cierto, pretenderse tan bella iniciativa, cuando aún esperamos lo de más cerca, la construcción de un puente a la altura de la estación Uspallata del ferrocarril Trasandino, para ligar con dicha línea los distritos mineros del Tontal, Hilario, Castaño, Tambillos, Paramillo y Cortaderita, que hasta hoy no pueden en verano utilizar esa vía, para disminuir siquiera los grandes gastos con que se recarga el mineral que de ellos se conduce hasta endoza, dando una enorme vuelta, a fin poder expedirlo a Buenos Aires.
Quizá si nuestro inteligente y activo ministro nacional de Obras Públicas hubiera tenido quien en oportunidad le hiciera apercibirse de tan manifiestas necesidades, ya tendríamos en trabajo tan importantes y beneficiosas obras.
Tales son, finalmente, y en resumen, las perspectivas que ofrece en la actualidad la industria minera en Mendoza, contribuyendo aún todo a presagiar para el curso del año que saludamos hoy, que ellas serán todavía más hermosas, conforme lo dejan presumir la afluencia de capitales que se ha iniciado y la riqueza indiscutible de las numerosas mineras que están sembrando el vasto y rico territorio de la provincia.
Comentarios