Ndidi, El gran escape
Se mudó a Nueva York en 1998 "para hacerle frente, sola, a una gran ciudad", dice, con su voz notable. "Yo quería contar mi historia, no cosas estúpidas". Y de repente, en 2001, vuelve a cruzar la frontera y se establece en Toronto.
Experimentará la fama en el metro, a través de diferentes proyectos en los que encuentra su camino. Un proyecto electro-minimalista con un pianista clásico, con "canciones sobre la condición humana, con música muy ligera".
Ndidi. Indefinible. Estilo irreductible. De repente, ella refina el suyo, cantando sus penas y compone sus melodías. Será con "No, nunca", álbum grabado en 2006, con el cual iniciará su carrera de reconocimiento
En 2009 París descubre que su voz tiene un toque de Shirley Bassey. Es el comienzo de otra vida. Dos años más tarde, ahora presenta su tercer álbum, en el que habla de ella: "Tres décadas de moverse en todos los sentidos, ya era hora de encontrarme. Este disco, El Escape, es "como una proyección hacia el futuro. Todas estas canciones nacieron cuando yo estaba en movimiento en algún lugar, un tren entre dos aviones o simplemente viajando en coche. Y todos hablan de cambio y movimiento".
Comentarios