Islandia prepara laberinto en homenaje a Borges
Borges y las sagas fue el tema del escritor islandés Hermann Stefansson, acompañado por su colega argentino Martín Kohan, en el Pabellón de Islandia en la Feria del Libro de Frankfurt. "En uno de los últimos actos, de esta 63a edición que finaliza hoy, la Argentina participó en el pabellón principal de un diálogo que se extendió media hora sobre la literatura borgeana y las similitudes que Borges supo encontrar en estos dos países tan extremos, "tan periféricos".
"Sabemos que hay un escritor Borges, el de los tigres, los laberintos, los espejos, pero también interesado por la violencia y la epopeya", disparó Kohan y sostuvo que en "Pierre Menard, autor de El Quijote", hay una idea genial en Borges "de equiparar la lectura con la literatura".
Para Kohan, "Borges va a detectar la épica de las guerras en América Latina, en los duelos a cuchillo de un hombre contra otro, en las sagas...". El concibe dos clases de muerte: la épica y la cotidiana (gris y trivial). En el duelo hay una verdad absoluta que se revela. Cuando el hombre va a matar o ser matado".
Por su parte, Stefansson mencionó la inscripción en la tumba de Borges que corresponde a una saga islandesa nombrada en el cuento "Ulrica" -el único cuento de amor en su obra- e interpreta que "el interés del argentino por las sagas "más que literario es existencial".
El epígrafe corresponde al capítulo 27 de la Saga Volsunga ("El tomó la espada, Gram, y colocó el metal desnudo entre los dos". Esta cita, que cumple un papel importante en el cuento, se encuentra reproducida en el dorso de la lápida de Borges en la ciudad de Ginebra (Suiza).
Stefanssson cuenta que el empezó a leer sagas cuando era muy pequeño, a los 6 años, "y después apareció en la televisión ese escritor ciego de la Argentina, viajando por los lugares de las sagas para respirar el espíritu del lugar".
"Borges no estaba bajo la influencia de las sagas, sino que las sagas estaban influenciadas por Borges", coincidieron ambos al describir la pasión borgeana por historias que en algún lugar se reunían con la épica criolla.
Hay que romper con Borges, dijo el islandés de una manera u otra. "Para mí es una influencia enorme". Al considerar que era más importante leer que escribir, Borges sentía que reescribía sus textos. Los escritores en su vanidad -observó Kohan- suelen sentirse geniales pero Borges no tenia esa necesidad porque él era genial".
El escritor islandés adelantó que María Kodama la viuda de Borges, "tiene la intención de armar un laberinto borgeano en Islandia", y sugirió que sería bueno hacerlo en una localidad que lleva el nombre del escritor.
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