"Brasil se rebela contra la política monetaria de los países desarrollados"

Es una de las notas económicas destacadas del sitio francés Le Point, según el reporte de su periodista Aziz Zemouri. "Un verdadero "tsunami de dinero", según lo expresado por la presidenta Dilma Rousseff, es lo que provocan las consecuencias de la política llevada a cabo por los bancos centrales de los principales países desarrollados. Los dichos de Dilma están en sintonía con lo dispuesto por el ex presidente Lula, que mañana mantendrá una audiencia con líderes empresariales y sindicalistas de su país para luchar contra las políticas "perversas aplicadas por los países ricos, como los de Unión Europea, que inundan el mercado con dólares". Brasil hoy es la sexta economía del mundo, luego que hace meses desplazara a Inglaterra al séptimo lugar.

Algunos se basan en ganancias a corto plazo mediante la estrategia denominada "carry trade", que consiste en endeudarse en monedas con bajos tipos de interés -como el dólar-, para colocar fondos prestados en otro tipo de moneda con mayor interés, y así disfrutar de la tasa de interés diferencial. El contexto es que el real brasileño se ha apreciado alrededor de un 9,5% frente al dólar, en lo que va de 2012, tendencia problemática para las exportaciones del país, esenciales para el crecimiento.

Los inversionistas extranjeros pueden finalmente generar burbujas en determinados activos mediante la inversión de manera desproporcionada en acciones o bienes raíces, por ejemplo. Y cuando explotan, puede dañar muy gravemente las economías locales. 

"Para detener el movimiento en ascenso, el gobierno brasileño no se ha limitado a los ataques verbales. Al igual que Corea del Sur, ha introducido control  a los capitales que ingresan al país. Guido Mantega , el ministro de Hacienda, ha aumentado de dos a tres años la duración del impuesto del 6% de los préstamos a empresas en el extranjero, una medida que refuerza un movimiento que comenzó en octubre de 2010 (...) Sin embargo, Brasil todavía necesita financiación externa para aumentar su inversión, dado el bajo nivel del ahorro interno. Rousseff tendrá que tener cuidado de no desalentar la inversión extranjera en el largo plazo", concluye en artículo.