Abelardo Vázquez en tierra de conspiradores (texto inédito)

Abelardo Vázquez fue llamado el poeta de la Vendimia y así  Mendoza lo inscribió en la historia oficial. Suele obviarse que sus puestas artísticas de las fiestas vendimiales renovaron un género que poco ha devuelto en inspiración y creatividad. Vázquez alcanzó sus mayores logros durante la década del 60. Suya es la idea de utilizar los cerros alrededor del teatro griego e incorporarlos al espectáculo, lo que realizó en la inauguración del teatro al aire libre pensado por el arquitecto Daniel Ramos Correas.
Este texto que se publica del escritor fue difundido en la prensa y permanece fuera de cualquier catálogo o título de su autoría. Es un lúcido resumen sobre el orden paranoico de aquellos años turbulentos, con una actualidad tan impactante que podría haber sido escrito la semana pasada. Las elipsis son una tentación para cualquier lector, de antes y de hoy, y resalta una cualidad literaria que sólo el tiempo puede establecer: su perdurabilidad. Pese a ser un texto corto, o mejor, por esa causa, este ensayito crónica de Vázquez es inevitable. Hay un tono de alegre ironía y hasta de humor, que lo convierte en una marca de sello del autor.

Esta tierra de conspiradores, por Abelardo Vázquez

Hemos elegido, democráticamente, este sitio para conspirar, confortable, de gran visibilidad, buen cheff, vino francés, céntrico, para el señor propietario, que es de los nuestros, dijo el doctor, todo ideal para la enajenación senil, siguió el doctor, y el despegue de la disensión en la subversión, enfático doctor, y no se olviden de un ministerio para mí, pobrecito doctor.

Freedom or Secrecy, es la contraseña, compuso el delirante en explosivos psicológicos, elegante, internacional, facilita un buen afiche psicodélico o un colérico poster con Miriam Makeba. Miriam Makeba nada tiene que ver, estornudó el encargado del SCDIYODC, servicio contraofensivo de información y ofensivo de contrainformación, sic. MM está afiliada a la revolución doscientos dos barra seis, la competencia.

En el alma el cambalache, distrajo el teórico, lo que facilita la inscripción de complotistas, eso está bien, sólo la confusión traerá la unión, evitará picazones, duelos y solicitadas provocadas por la definición de los fines, arriba la indefinición, up la revolución.

No grite, me impide escuchas esas canciones de protesta, además, asusta a mi secretaria, tan linda, explosiva, ejecutiva, pocas veces, mi señora está celosa, señora señora versus secretaria secretarita, mi secretaria está nerviosa, cualquier día estalla una revolución en mi hogar, he dicho.

El representantes de las fuerzas fuertes ha hablado con sinceridad, aclamó el futuro gran consejero oficial, es un ejemplo que él, no obstante su mala memoria, dado que todos sabemos lo que sabemos de cuando estaba en el gobierno hablara tan honestamente, con tanta ternura de su esposa y su secretaria, gran ejemplo ¿eh?, y las fuerzas fuertes se aseguraron, una vez más, el futuro.

Esto es muy complicado para mí, solemnizó el jefe en jefe de los conspiradores, les ruego que cuando esté en el sillón me lo hagan llegar graficado y organigramado a través del correspondiente asesor, junto con la solicitud de empleo de ministro del doctor ah y la secretaria de ese señor gordo.

El delirio trizaba las cuatro paredes del país, norte, sur, oeste y, este no. Más, mucho más, sabiendo que el jefe medía dos metros diez como Primo Carnera y no menos de un metro como Atila. Y el jefe era en la pasión Atila, en el candor Maquiavelo, en la táctica Sade.

Nosotros los guerrilleros nos adherimos… Nada de guerrilleros, bramó el jefe, eso es muy vulgar. En nombre de nosotros los intelectuales… Jamás de intelectuales, caliguló él up supra, no quiero intelectuales en mi gobierno, quiero gente redonda, blanca, cuadrada, azul, colorada, colorados sí, pero intelectuales no, no, no. Uff. O cambio de revolución.

Bien, ya pasó el consenso de crisis, comprendo los campos cambiantes, la higiene de los barrios bajos y las subculturas ocupacionales, juro no olvidar estos lemas. Deseándoles un aumento de la tasa de inversiones netas y cariños a los nenes, me despido hasta la próxima reunión conspirativa, no olvidando agradecer la hospitalidad de esta casa y la atmósfera de paz, whiskies y seguridad que nos brinda el señor Embajador.

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