Dieter Meier, el excéntrico bodeguero y artista de Agrelo


Dieter Meier es una de las presencias más interesantes de la Mendoza global. La última vez que pisó un escenario fue en 1982, en Roxy, el templo del punk en Londres. Dieter Meier está en Mendoza, para visitar su bodega y su retaurante, Ojo de Agua. Los días son muy intensos para ese suizo, con un historial más que abrumador.
Hace unos meses, por ejemplo, actuó en uno de los más prestigiosos escenarios del mundo. Me refiero al del Festival de Montreux. Hasta allí llevó su nuevo proyecto musical. A sus 68 años, el que fuera vocalista del grupo Yello, se dedica a múltiples actividades, que va de lo artístico a lo empresarial, como sus emprendimientos en agricultura y vino aquí en Agrelo, en Luján de Cuyo, pero en el resto de Argentina tambiñen.
Nació en Zurich el 4 de marzo de 1945. Y tanto espíritu ciclotímico hace honor a un buen pisciano. Meier nació en el seno de una familia de industriales. Y no tardaría demasiado en incorporarse a las empresas: a los 16 años. Casi dos décadas después, con Boris Blank, fundaría Yello, un grupo de new wave y música electrónica, en la vanguardia absoluta. Varios son los gustos que se ha dado. Entre ellos, el de colaborar con Alphaville, otra de los grupos más adelantados y con suceso en la década del 80.
Dieter Meier es, también, un artista inquieto, innato, como sus habilidades en el póker, que lo ha llevado a ser campeón en ese rubro en Suiza y representante del país en torneos internacionales. Se trata de un artista en el sentido más amplio, así como un subversivo. Meier es un artista conceptual y eso lo ha llevado a la música, a las letras, al cine, a la escultura e incluso a la poesía.
Dieter Meier es famoso por ser uno de los dos integrantes del exitoso dúo Yello, grupo suizo de música electrónica y precursor del tecno. Yello vendió 14 millones de discos, alguna de sus canciones –por ejemplo 'Oh Yeah'- han sido usadas en películas, anuncios o programas de radio y series de televisión como 'Los Simpsons'. El músico divide su tiempo entre Argentina, California, donde posee una compañía de software, y Zúrich.
"Estamos a punto de lanzar un nuevo doble CD. Las cosas se han vuelto más lentas, ya que cuanto más viejo te haces, más crítico te vuelves. En nuestra época de jóvenes, hacer una pieza musical era un proceso más espontáneo. De todas formas, seguimos disfrutando enormemente cuando creamos nuevas canciones", ha dicho recientemente.
Y ha ponderado el suelo de Agrelo, en su plan de agricultura orgánica: "En Mendoza es muy fácil producir vinos biológicos porque no hay nada de lluvia durante la maduración de la uva y el agua que se usa procede de las montañas de los Andes. Nunca tienes hongos o hierbajos. Otras partes no son indicadas para obtener caldos ecológicos, por ejemplo en zonas de gran humedad que crea la aparición de hongos. Si no usas fungicidas pierdes la uva o debes recogerla antes de que el fruto esté maduro. La uva que no se cosecha a su debido tiempo nunca produce un buen vino. Las uvas sin añadidos químicos ofrecen una fruta más sabrosa y rica, con un aroma más complejo, y es un gran placer trabajar con ellas.
Para conocer un poco más acerca de este bodeguero decididamente excéntrico que se incorpora a la constelación de inversionistas en la industria, en los últimos años, sirve leer un resumen de su filosofía de vida: "Mi visión de la vida es aprender algo nuevo cada día y no mirar los errores cometidos como algo de lo que deba sentirme avergonzado. El fracaso es otro tipo de experiencia y, desgraciadamente, el mundo está dominado por la consecución del éxito, con lo que la gente tiene miedo de encontrar su propio camino. Creo que tropezar y caerse es un gran arte. Es, además, igual que mantener un diálogo con varias personas, intentar encontrar historias en común y que se puedan trabajar de manera conjunta. Esto me proporciona un extraordinario placer y, probablemente, es la razón por la que me encanta hacer películas, ya que mucha gente contribuye y aporta su talento. El director o el productor tienen que unir estas habilidades para crear un buen producto final.
Según un reporte de la prensa suiza, Dieter Meier "en 1973 se enamoró de Argentina y, aunque no quiso regresar durante los años oscuros de la dictadura, volvió en 1996 y comenzó a adquirir tierras para desarrollar su proyecto Ojo de Agua y convertirse en un respetado empresario agropecuario orgánico".
La banda que acaba de formar se llama Out of Chaos.
Desde junio pasado es abuelo.
Los que lo conocen nunca se aburren con él.
En Agrelo afirman lo mismo.
"Me encanta este país. Y no tengo dudas de que es el mejor lugar en el mundo para pensar un proyecto orgánico. Como dije, vine por primera vez en 1973. Ya entonces vi las posibilidades que tenía este país, pero tardé otros veinte años en poder llevar a cabo mis ideas. Volví en 1996 y compré unas hectáreas cerca de Balcarce, donde armé la granja Ojo de Agua. Allí tenemos ganado vacuno orgánico. Luego, en 2001 compré una finca en Luján de Cuyo, con la marca Ojo de Vino, y ahora estamos sumando proyectos en el Valle Medio de Río Negro (queremos producir avellanas para Ferrero Rocher) y en Cafayate. En lo que respecta al ganado, es increíble. Acá las vacas pueden comer pasto, no como en Europa, Brasil o los Estados Unidos. Así, para tener mil vacas sólo precisás mil hectáreas y un gaucho. Y el ganado alimentado a pasto es mucho más sabroso. Los consumidores se están dando cuenta de esto. La carne de los Estados Unidos podrá ser tierna, pero es sosa. La de acá es muy superior y también mucho más sana que las de feedlot.
Con los vinos es aún mejor. En Mendoza prácticamente no llueve nunca. Las plantas reciben el riego de los ríos de deshielo. Es decir, tienen el agua que precisan sin los problemas que causa la humedad, los hongos y las bacterias. En Europa esto es imposible. Allá, los que hacen vinos orgánicos están obligados a cosechar muy rápidamente, para evitar enfermedades. Y así sus vinos no tienen calidad. En la Argentina es lo opuesto. De aquí obtendremos el mejor vino orgánico del mundo. Este es un país increíble, bendecido para la agricultura. Y si no estuviese todo este tema de las retenciones, y ahora la suba de impuestos, podríamos tener además muy buenos resultados económicos... Igual, creo que hay un futuro fantástico para este país. Y no son sólo palabras".
Palabra de gurú. Y si hay dudas, escuchen su perfomance en Montreux 2013.


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