Quebracho: de la familia de las anacardiáceas con cuya madera muy dura se fabrican durmientes
Se supone que la buena madera se rompe y no se dobla. Se supone. Fernando Esteche contradice esta y otras leyes, claro. Ahora, de la mano de sus carcelarios. Un mono con navaja.
Quebracho: De quebrar y hacha. 1. Nombre genérico de varias especies botánicas de árboles americanos de madera muy dura. 2. Argentina, Bolivia y Paraguay. Árbol de gran porte, de la familia de las anacardiáceas, con cuya madera, muy dura, se fabrican durmientes. Su corteza es rica en tanino.
Quebracho, en la política argentina, es sinónimo de quebrado y hasta de roto. Y allí está su líder eterno, Fernando Esteche, como evidencia de una sátira política, que a veces es demasiado peligrosa para tomarla con humor. Es como un mono con navaja, según la apreciación popular. Y sus últimos movimientos lo devuelven a su zona de mayor comodidad, el de parlanchín revolucionario, violento, acompañado por Luis D´Elía, Amado Boudou, Gabriel Mariotto (ex vice de Scioli, los que saquearon la provincia de Buenos Aires) y Carolina Papaleo, entre otros nostálgicos del poder. No es saudade la que sienten por el control, sino la desesperación del que se ahoga en busca de una tablita. Serían como los anti Tom Hanks en "Náufrago".
Esteche -y Quebracho- ahora tiene esta clase de potencial de aliados. Y ya ha comenzado mal la nueva alianza. "Este gobierno va hacia una crisis segura, que ayudaremos a desatar. Es un gobierno que va a caer, y que vamos a ayudar a que se caiga, porque gobierna contra el pueblo. Vamos a hacer lo posible por no dejarlos gobernar. Vamos a provocar la crisis y construir la salida a esa crisis", declaró, en los preparativos de derrocamiento de la dinastía del zar Nicolás II y de todo aquel Romanov suelto.
El comienzo de los apocalípticos e integrados ya despertó al Poder Judicial. De modo que un fiscal de La Plata denunció penalmente a Esteche por "apología del crimen". En su escrito, la autoridad judicial deja constancia que "ha realizado expresiones en las que se pondera la comisión de uno de los delitos más graves contra los poderes públicos y el orden constitucional. Estas expresiones superan con holgura la simple libertad de expresión, internándose en el plano de la ilegalidad, sobre todo por tratarse de un dirigente político, docente universitario, con seguidores y adherentes, y por haberse pronunciado en un acto público, con gran repercusión en medios periodísticos y redes sociales".
Esteche es un tipo muy inteligente, según quienes lo conocen, y hasta lo han tratado como presa periodística. Es, también, un obstinado. Y parece reincidir en situaciones, declaraciones y actitudes, que pueden llevarlo, una vez más a prisión. El kirchnerismo, sus nuevos aliados, lo llevó a la cárcel. Y también lo sacó, luego de una huelga de hambre.
Parece que ninguna de las partes aprendió la lección. Eso sí: después apelan a construir "memoria" y "justicia". Son incorregibles, como decía el general Jorge Luis Borges.
El diario español El País publicó hace algún tiempo "¿Revolucionarios o espías?. Daba cuenta que "Quebracho es hoy una pesadilla para el gobierno de Néstor Kirchner, al que combate aprovechando las movilizaciones de los piqueteros. Son tipos con los rostros cubiertos y armados con palos y piedras que aparecen en momentos clave en acciones desafiantes, cuando no provocadoras, al poder del Estado. Se le atribuyen los vínculos más sospechosos, sobre todo con los servicios, es decir, la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE)".
Juan Carlos Alderete, de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) fue más riguroso: "Quebracho es una organización que está llena de servicios de inteligencia, como toda organización, pero mucho más: se infiltraron de forma fenomenal". Y también opinó, en ese mismo artículo, el hombre que ve la realidad en blanco y negro, Luis DElia: "Quebracho es un grupo que se caracteriza por hacer acciones que son absolutamente funcionales a la derecha". Posiblemente haya sido muy razonable. Y nada más actual.
Fernando Esteche es periodista. Suele escribir con bastante frecuencia artículos y documentos en la página de su organización. Se réplica un fragmento de su análisis sobre la derrota del siempre derrotado Daniel Filmus, frente a Macri, en épocas que se disputaban la jefatura de la ciudad de Buenos Aires. Cualquier contradicción no es pura casualidad.
"La Argentina está atravesada por contradicciones tan tangibles que no pueden disfrazarse en esa nebulosa que pretende definir izquierda y derecha. En los últimos días los correligionarios de Kirchner y Filmus firmaron la entrega del petróleo a la norteamericana Panamerican Energy. El saqueo de recursos naturales es devastador. Han aprobado por recomendación directa del imperio la llamada ley antiterrorista. Y para coronar un paisaje social plagado de reclamos de justicia y equidad, con una inflación galopante, con desabastecimiento, suspensión en la industria, pobreza y hambre, y entrega, entrega, entrega; para coronar semejante paisaje, digo, este gobierno quiere hacernos creer que es de izquierda siendo el gobierno que más cantidad de presos políticos alojó en sus cárceles (...) Yo creo que el voto en Capital no fue ideológico sino político. Fue contra Kirchner y, en tanto los luchadores no sepamos o seamos capaces de construir una alternativa real de poder, lo más probable es que el desgaste y la bronca sean capitalizados por alguna variante más o menos simpática del mismo régimen. Así que aquél domingo electoral, simplemente hubo dos expresiones de políticas antipopulares y muchos confundidos, cómodamente confundidos".
No quiero distraerme demasiado en el antisemitismo confeso de Esteche, más que público, y que lo ha llevado a ser muy citado en la investigación de la muerte del fiscal Alberto Nisman.
Sí, en cambio, recoger declaraciones suyas de 2013, extrañas para un tipo que desea jugar en la democracia y más típicas de un outsider a sueldo. Dijo el líder de Quebracho (ahora reciclado en la agrupación Miles): "Aprendimos del Imam Khomeini que religión y política no pueden estar separados. No se puede acusar a Siria o a Irán como Estados terroristas o pretender despegarse de Hezbollah, y al mismo tiempo defender la causa palestina".
En esta nueva pero siempre vieja etapa política, Esteche es recibido por representantes de la iglesia católica. A principios de mayo llegó a reunirse con el titular de la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Jorge Lozano, en la sede del Episcopado (¿le habrá pasado algunas facturas Lozano por los daños ocasionados allí por Quebracho en los últimos 15 años?).
En tan creíble encuentro participó además Luis D'Elía y Gabriel Mariotto. Aprovecharon para comunicarle al obispo que el partido Miles pasó a llamarse "Miles por tierra, techo y trabajo", bajo el argumento de "rescatar la visión humanística y cristiana del papa Francisco, en detrimento de otras miradas que ponen al dinero y lo económico en el centro".
Ojalá Esteche haya tenido un brote místico por el sistema democrático. Ojalá ahora organice manifestaciones a cara lavada y sin garrotes entre sus militantes. Ojalá exprese sus ideas sin apologías fascistas. Ojalá se presente a elecciones. Ojalá no quiera ser el Perón y el Uriburu de 1930, cuando derrocaron a Hipólito Yrigoyen inaugurando una etapa nefasta en la vida nacional. Ojalá Esteche alguna vez sea representante del pueblo y no tanto de los servicios de inteligencia. Ojalá.
Publicado el 1 de Julio de 2016
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