El Papa y la Episcopal en defensa de "obras" de la procuradora Gils Carbó
Por instrucción del Vaticano ocho obispos han solicitado al Senado de Argentina mantener un programa de acceso a la justicia para los pobres. Los analistas explican que es un avance "de la nueva cúpula bergogliana de la Conferencia Episcopal", al tiempo que también significaría "una defensa emblemática a una de las obras de la procuradora general, Alejandra Gils Carbó", que ya anunció su retiro del ministerio público.
El reclamo de los obispos se centra en la preservación de oficinas que aseguran derechos a los más pobres en Argentina. Son conocidas como las oficinas "Atajo".
La información surge de un informe del diario La Stampa, en la sección que analiza los movimientos del Vaticano. Estas oficinas judiciales "aseguran derechos a los más pobres de Argentina. Llevan la justicia ahí donde no llega el Estado. Donde todo es miseria, indiferencia y explotación. Por eso le gustan al Papa. Francisco los avaló desde el principio. Es más, su creación fue inspirada por él cuando era arzobispo de Buenos Aires. Pero ahora corren el riesgo de desaparecer. Por eso, ocho obispos firmaron en bloque una carta pidiendo no sólo su conservación, sino que sean reforzados", aclara el informe.
El documento emitido el 7 de noviembre es considerada la primera acción institucional de la nueva cúpula “bergogliana” de la Conferencia Episcopal. Lleva la firma del nuevo presidente, Oscar Ojea, de los vicepresidentes Mario Aurelio Poli y Marcelo Colombo, además de otros obispos, como los de Merlo-Moreno, Mar del Plata y Quilmes.
No parece casualidad que el pedido de la Episcopal coincida con el arribo a Roma de Alejandra Gils Carbó, la procuradora general de Argentina. Su paso por el Vaticano tiene como motivo formal asistir a una cumbre mundial de juezas y fiscales mujeres.
El proyecto de reforma a la Ley 27.148 “deroga la existencia de direcciones generales y Procuradurías, especialmente la Dirección de Acceso a la Justicia (Atajo), que vienen trabajando nuestras diócesis junto a las parroquias y servicio pastoral en la atención cotidiana de personas en situación de vulnerabilidad que habitan en las villas y barrios”, afirman los obispos.
Y advierten: “Tengan en cuenta la posibilidad de que la Dirección de Acceso a la Justicia (Atajo) sea mencionada expresamente en la ley como necesaria, y se mantenga intacta su estructura y composición funcional, tal como existe en el actual Ministerio Público Fiscal de la Nación”.
La toma de posición de la cúpula episcopal impactó inmediatamente en Buenos Aires y en Roma. Tanto que el canciller de la Pontificia Academia para las Ciencias Sociales, Marcelo Sánchez Sorondo, hizo mención de la carta ante el pleno en el coloquio de Juezas y Fiscales, justo después de la intervención de la procuradora argentina, ayer jueves, por la tarde.
Gils Carbó habló con el "Vatican Insider". Ella habló sobre los ATAJO gracias a la inspiración de Jorge Mario Bergoglio y que la Iglesia católica se involucró en el proyecto desde el primer momento. “No es poner una oficina en medio de un barrio periférico y ya está. Hay todo un esfuerzo institucional con la comunidad, con los referentes de los barrios, las organizaciones sociales, hay que ganarse la confianza para que la gente se acerque en lugares donde la única faz que se tenía de la justicia era represiva”, explicó.
En términos presupuestarios el cierre de las oficinas no representa gran ahorro para el Estado. En las 16 sedes fijas y otras 30 móviles con que cuenta este programa, apenas trabajan unas 90 personas. Sólo en la Corte Suprema de Justicia de la Nación prestan servicio varios miles.
Más de Gils Carbó: “Yo confío en que los legisladores van a saber valorar la importancia del acceso a la justicia entre los más vulnerables de la sociedad, además porque es un elemento de pacificación social por el respeto a su dignidad y a los derechos que deben ser reconocidos. Es importante que reflexionen no sólo sobre las oficinas sino sobre todo el personal especializado, capacitado, multidisciplinario que quieren que se pongan en disponibilidad cuando es personal estable”, añadió Gils.
Y también opinó sobre la reciente carta de los obispos: "Me parece un llamado importante de la Iglesia a los legisladores y esto se debe a que la Iglesia estuvo desde el primer momento en la creación de los ATAJOS”. ¿Lo siente como un aval de los obispos?, se le preguntó. “¿A los ATAJO? Decididamente”, respondió. ¿Y a usted, en lo personal?, se le insistió. “A mí no me gusta ser intérprete de otros”, replicó. Pero rápidamente, precisó: “En todo caso puedo decir que los ATAJO son parte de mis obras”.
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